Si bien todo el asunto de la pandemia ha hecho que la moda del hembrismo y los LGBT se haya callado bastante (¡vaya, qué chorprecha!), lo cierto es que hace tiempo que quiero traer un asunto al blog. Antes de empezar, solo decir que la idea que voy a plasmar aquí no es estrictamente mía, sino que la saqué de un vídeo de Fripozo que tendrá ya como un año o así... pero bueno, me hizo pensar, y aquí ando tecleando.
Ya escribí sobre lo que parece ser la identidad de género (enlace: https://federicadas.blogspot.com/2019/09/que-es-sentirse-hombremujer.html ), y digo parece ser, porque incluso a día de hoy y tras haber preguntado a DECENAS de personas, todavía no he encontrado a nadie que me haya dicho algo profundo o trascendental, más allá de que se trata de un sentimiento/inclinación vacío. A lo que voy... ¿qué es una persona transexual? Una persona que nace con un sexo, y que decide modificarlo para que concuerde con su género. Hasta aquí bien, ¿no? Es un poco duro además de arriesgado, pero es como si naces con el corazón a la virulé y decides arreglarlo por una operación, pues de lo contrario, no cumplirá con tus expectativas (en este caso, de supervivencia). Dejando a un lado a los que son abiertamente tránsfobos (personas que, desde un no muy profundo respeto, mando a que se lo hagan mirar), digamos que hay tres formas de enfocar la opinión pública sobre la transexualidad:
1) Los que la aceptan sin más. ¿Te sientes mujer, y quieres transformar tu cuerpo para ser más parecida a una mujer biológica? OK, cero problema, ¡adelante! Podríamos decir que esta es la visión más emocional, la "más mayoritaria" y la que está más socialmente aceptada en el mundo civilizado.
2) Los que la niegan sin más. Si has nacido hombre, eres un hombre, punto. Si "te sientes mujer", es una cuestión de sentimientos erróneos, posiblemente motivados por según qué experiencias del pasado. Es una visión dura y cero emocional, no tan mayoritaria, y muy cercana a lo que conocemos como transfobia. Sin embargo, no es exactamente lo mismo, ya que las personas que se encuentren aquí no son (en principio) violentas o intolerantes, pues aunque darán su opinión (y vaya si la darán...), no se pondrán en el camino de alguien que quiera cambiar su cuerpo, o al menos no de forma violenta o intransigente. Diríamos que es una visión pragmática y simple, que busca, generalmente con pocos argumentos, hacer que se desestabilice la convicción de los que están en el punto 1.
3) Aquí es donde me voy a enrollar. Resulta que hay una tercera visión que se parece a la del punto 2, pero que es más humanitaria. Esta visión rechaza parcialmente la legitimidad de la transexualidad como un remedio, pero no lo hace metiéndose con los transexuales y sus sentimientos, sino con la parte más tóxica e insidiosa de la sociedad. Por desgracia, es una idea compleja, así que no puedo resumirla en dos frases... ¿os acordáis de lo que dije al principio sobre lo de que nadie sabe decirme "qué es" sentirse hombre o mujer? Pues ahí está justamente el problema, voy a desgranarlo un poco.
Imaginad un universo paralelo en el que nunca haya existido algo similar a la homofobia. Un lugar en el que, como antaño (muy antaño), si te gustase un culo redondo o uno peludo, daría igual y nadie se metería contigo. En este mundo, además, resulta que si te gusta ponerte una falda o maquillaje, no por ello eres mujer. En este mundo, además, por nacer con un pene entre las piernas no existe una presión social que te obligue a "ser fuerte", a no expresar tus sentimientos más primarios (y no me refiero a los sexuales aquí), o a marcar el territorio. En este mundo, en definitiva... no habría etiquetas sobre este tema, pues ser hombre o mujer no te define. Por encima de ser un hombre o una mujer, resulta que eres una PERSONA, y el sexo no es más que un carácter más de entre todos los que te da tu genética.
¿Qué más ocurriría en este mundo? De una manera hipotética (pues la sociedad es extremadamente compleja), nadie se sentiría presionado a ser o fingir algo que no se es, al menos en lo sexual. Si resulta que nacieses mujer y te sintieses "masculina", nadie te diría que eso significa que te pareces a un hombre. Dicho de otra manera: nada, salvo tú mismo, te presionaría jamás a CONVERTIRTE en un hombre. Por lo tanto... lo más probable es que en este mundo hipotético, la inmensa mayoría de los transexuales que existen en el nuestro no llegasen a realizar ese cambio, pues no verían la necesidad de hacerlo. Obvio... también habría algunos que lo hicieran; aquellos que, ya fuese porque "sienten muy fuerte", o porque son auténticos "drama queens" adictos a dar el cante, acabarían haciendo la transición para autorealizarse, y recalco ese "auto-", pues también recalco que en este mundo no existiría la presión social para estos tópicos.
A modo resumen, pues se trata de una idea muy compleja como decía antes: la visión número 3 buscaría atacar el problema de raíz, que no está tanto en el "nacer con un cuerpo equivocado", como en el "nacer en una sociedad criticona y nociva". Pero claro... véndele tú esa idea a personas que se sienten felices por sentirse parte de algo, aunque ese algo sea el poder llamarse "gender fluid" antes que vivirlo sin más. Al fin y al cabo, somos animales tribales.
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