viernes, 26 de febrero de 2021

Educación académica vs. social

Voy con uno de esos "granitos de arena" de los que me gustan, mensajes concisos que, pienso, toda persona de bien debería tener asimilados en su cabeza. Cualquiera que me conozca un poquito me habrá oído decir que uno de los principales problemas de España (y en general del mundo civilizado, pero aquí más) es lo lamentable de la educación. Que sí, que la investigación y la sanidad también están muy mal, pero lo que de verdad rige sobre todo lo demás al final, es la educación. Una educación mediocre creará políticos mediocres, y estos tomarán decisiones mediocres que joderán todo el resto de asuntos importantes.

Ahora voy a incidir en una cosa que parece crear algo de confusión en según qué personas. Cuando yo hablo de que "falta educación" no me refiero solo a la educación académica (que también), sino a la educación social. Que sí, que todos hemos visto los vídeos del YouTube en los que algún iluminao saca el micrófono y todos nos reímos de la española que no sabe que Madrid es la capital de España, pero aunque tengo entendido que la cosa va a peor (parece ser que la crisis de la COVID-19 ha hecho que se repartan muchos aprobados generales y demás aberraciones), lo cierto es que la educación académica no es TAN mala como cabría esperar, atendiendo a resultados. Los recién titulados salen como es normal que salgan: sin experiencia (que adquirirán cuando empiecen a trabajar) y con muchos conceptos en la cabeza dándose patadas a los que ya irán dando forma.

Pero insisto, esto no es a lo que yo me refiero cuando hablo de "falta de educación". Obvio que la educación académica es fundamental, pues es la que te va a servir para llevar a cabo tus funciones profesionales, por así decir, durante 8 horas al día (el 33% de tu tiempo de vida útil sin contar vacaciones, que se dice pronto); pero, ¿y la educación social? No es lo mismo sujetarle la puerta a un anciano porque así le estás haciendo un favor, que hacerlo por quedar bien; no es lo mismo pagar impuestos sabiendo que sirves a un bien común, que por miedo a acabar en chirona; no es lo mismo votar a un político porque "chilla muy bien" y dice lo que te deja la oreja calentita, que porque propone cosas (en su programa electoral, no en su discurso político) que se alineen con los intereses y necesidades del país.

La educación social, que es algo complejísimo, y que bien requiere de años de ESFUERZO ACTIVO DIARIO para lograr un verdadero crecimiento personal, es lo que te hará distinguirte entre un ciudadano que obtiene satisfacción por servir al desarrollo de su especie (porque no olvidemos que cada día se diluye más el concepto individualizado de nación), o un mierdaseca que solo hace cosas buenas cuando tiene miedo a llevarse una multa. La mentalidad del susodicho mierdaseca, que como ya he dicho en infinidad de ocasiones, no tiene por qué ser "mala" de por sí, sencillamente es nuestra naturaleza más emocional y primitiva tirando para atrás, restándonos productividad, y haciéndonos velar por los intereses de uno mismo a base de pereza y mediocridad, y que buscará justificarnos constantemente por el poder de las excusas más apestosas ("lo hace todo el mundo", "nadie me mira, así que puedo", o el clásico "en negro cobro más", seguido de "no me ha quedado pensión, qué desgraciado soy...").

El tema está en que la educación social no viene en los libros de lengua y literatura, o de matemáticas, sino que es algo que se enseña en las casas de pequeño y no todo el mundo tiene la misma suerte con los padres que le tocan. Reconozco que no sé cómo está ahora mismo el elenco de asignaturas en los colegios e institutos, pero recuerdo que hace ya bastantes años (cuando estaba aquel individuo que llamaban ZP) se quiso introducir una asignatura en los colegios llamaba "educación a la ciudadanía", y que generó muchísima controversia porque en según qué sitios se quiso utilizar para adoctrinar a los futuros ciudadanos y cosechar votos desde las cunas (lo cual, huelga decir que es repugnante). De otra parte, la educación social también se puede conseguir por cuenta propia de la manera que dije antes: por esfuerzo activo diario una vez empiezas a ser independiente. Pero claro, si de pequeño no te han inculcado una mentalidad de esfuerzo, y si te sobresaturan la mente a base de redes sociales, vídeos de 2-3 minutos (que 4 ya son muchos), memes, y aplicaciones de quita y pon en el móvil, ¿cómo demonios podrías esperar que salga de ti el cultivar la mente? Sencillamente no tiene sentido.

Y como no quiero que se me eternice la publicación, desde la comodidad de mi silla mando una propuesta que nadie con capacidad de decisión en el tema leerá: invertir más en educación, con vistas a poner en plantilla a profesores mejor formados, más motivados, y con ganas de arreglar las cosas; profesores dispuestos a romper esquemas y a luchar por meter una o dos asignaturas útiles en cada año académico para amueblar cabezas. Saber multiplicar, y saber que la mitocondria es la central energética del organismo está muy bien, pero hay que saber distinguir entre las disciplinas académicas que van enfocadas a una cultura general (las que te dan quesitos del Trivial, como historia, lengua, biología...), las que van enfocadas a una especialización y a la obtención de competencias útiles en tu futuro (niveles más avanzados de muchas asignaturas), y las que sirven para amueblar la cabeza y desenvolverse como ciudadanos (como ética, filosofía, o incluso economía, la cual no tuve ocasión de estudiar hasta que llegué a un máster).