<<Otro ataque de ninjas>>, pensó Raquel mientras miraba las noticias en su 3D-visión. Nadie sabía muy bien por qué, pero en un mes ya habían tenido lugar trece de aquellos ataques en distintos lugares del país, y aunque algunos de ellos se habían cobrado la vida de su objetivo, la mayoría habían sido tan chapuceros como el de aquel día en la oficina del gobierno. Pero bueno... era solo una noticia más.
Raquel veía pasar las horas desde el sofá, haciendo un poco de zapping 3D-visivo. De pronto, mientras miraba un documental sobre gatitos, la imagen cambió de manera súbita y apareció una reportera en un noticiario.
-Estimados 3D-videntes, interrumpimos la transmisión para hacer llegar una noticia de última hora fuera de lo común. A día de hoy, el Ministerio de Trabajo Digno ha emitido una convocatoria de empleo público fijo. En dicha convocatoria, se espera un total de nada menos que cinco plazas para salir a sorteo.
La reportera siguió hablando mientras a Raquel se le abrían los ojos de par en par. ¿¿Cinco empleos?? Debían estar de guasa...
-Anda mira, Raquelilla... -dijo su madre con timidez, desde la puerta del salón-. ¿Y si... y si echas el curriculum para eso? A lo mejor consigues una plaza...
-¡Mamá, que no me calientes la cabeza, coño! ¡¿No ves que eso es nada más que para los enchufados?! ¡Si es que eres tonta!
-Ya... bueno... pero, ¿quién sabe? A lo mejor si lo intentas...
-¡Que no, joder! ¡Que no, que no te enteras de cómo funciona el puto mundo!
-Pero... pero hija es que... es que te veo ahí tirada desde hace ya... va para siete años, ¿no?
-¡Y más que van a ser como no mejore esto! ¡Me cago en la puta, con lo que me lo curro, y no sale nada!
-Ya... sí, hija... ya sabemos que el mundo va muy mal... Pero no tienes nada que perder, ¿no? ¿Y si echas el curriculum para ver si cuela?
-¡Si fuera solo echar el curriculum estaría echado desde antes de la noticia esta de mierda! ¡No sabes tú la que hay que liar! ¡Que si carta de motivación, rellenar una encuesta, hacerse una cuenta en el Ministerio, ir a sacar nosequé papeles, rellenar un formulario por la red, y un montón de cosas más! ¡¡Solo el procedimiento ya desmotiva!!
-Y... y... ¿te has parado a pensar que quizás esa es parte de la gracia? No sé... como para hacer de filtro...
-¡¿Filtro de qué?! ¡¿Me estás llamando puta floja de mierda?! Es eso, ¡¿verdad?!
-No hija, no... yo nunca te llamaría eso... -Su madre suspiró-. ¿Cuándo fue la última vez que echaste un curriculum, Raquelilla mía?
-¡¿Y eso qué impor...?! -Raquel miró a su madre, y de pronto paró en seco. Algo la hizo sentirse mal-. Pues... pues... ¡¿qué se yo?! Estuve una temporada mandando dos o tres por día, ¿no te acuerdas?
-De eso hace dos años, cariño... y duraste una semana... Nadie te va a traer el trabajo a casa...
-¡Ya sabía yo! ¡Ya me estás llamando floja otra vez! ¡Cualquier día cojo la puerta y me largo, no aguanto más este puto maltrato doméstico y psicológico!
-Pero hija... yo...
-¡Que me dejes!
-...Bueno, ya te dejo. Perdona, hija mía, por molestarte... -Su madre desapareció en la puerta, y se escuchó un último grito desde la cocina-. ¡Acuérdate de venir a comer en quince minutitos!, ¿vale, cariño?
-Qué pesada, coño... -masculló Raquel, mientras cambiaba de canal. De pronto, se escuchó el timbre de la puerta-. ¡Mamá, ve a abrir!
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