lunes, 26 de noviembre de 2018
Canal de un colega
Me vais a perdonar si soy un poco cutre hoy, pero no voy a traer contenido propio. Un colega mío empezó un canal de Youtube no hace mucho, y aunque en la décima parte de tiempo tiene ya más suscriptores que mi publicación de más éxito, me apetecía hacerle un poco de publi (*COFF* *COFF* ESO QUE NINGUNO DE VOSOTROS HACÉIS POR MÍ *COFF* *COFF*). Es un tío simpático y muy positivo, os recomiendo que le echéis un ojo a su canal, especialmente a los vídeos que vayan en la línea del que aquí os pongo:
viernes, 23 de noviembre de 2018
Las aventuras de JC: Zapatero, a tus zapatos.
Después de este obligado descanso, retomo la serie que dejé a medias. Era otra de esas tardes perezosas... debía ser mediados de curso, allá por abril o así. Recuerdo bien que era un día de calor, pues tanto el Friki como yo andábamos ya en topless. Y... más que lo iba a ser, pues acababa de entrar en escena nuestro coprotagonista favorito: el enorme JC. Tras un tímido saludo, un par de idas y venidas de su cuarto para soltar los trastos, y algún que otro resoplido, se animó a comenzar una conversación.
-Eh, eh, tíos, ¿a que no sabéis qué me ha pasado hoy? -preguntó, con una inclasificable mueca.
-Ilumínanos, machote -se adelantó a responder el Friki.
-Pues... bueno, e-estaba yo en clase, ¿sí? Y... y el profe, yendo de una cosa a otra, preguntó algo así tonto, de... de cultura general. ¿Cómo era...? -JC recabó en su sesera durante unos segundos-. ¡Ah, sí! Que si sabíamos q-quién fue Primo de Rivera. -No sabiendo muy bien qué esperaba de nosotros, ambos nos mantuvimos en silencio-. Porque vosotros sabéis quién fue, ¿n-no?
-¿...Sí? -respondí, dubitativo, aún extrañado.
-¿Y tú, Friki? -contraatacó.
-Que sí, hombre. Venga ya, ¡arranca!
-S-sí, ya voy, je, je... -JC sopesó sus siguientes palabras, antes de lanzarlas-. Bueno, el caso es que... que es normal que lo sepáis, igual que l-lo sabía yo. Pero... ¿sabéis cuántos de mi clase han levantado la mano? -Lógicamente, me encogí de hombros-. Pues un par en la primera fila, contándome a mí. E-el caso es que... bueno... que me ha extrañado tanto que he empezado a darle vueltas a la cabeza. Mi madre siempre dice que hay que v-ver lo mal que está la enseñanza ahora. Y-yo normalmente se lo d-discuto porque pienso que yo soy bastante culto, pero... estas cosas te hacen pensar, ¿sabéis? ¿Será verdad lo de que la E.S.O. fue un error? -En aquel momento comprendí a dónde iba. A medio camino entre la risa y el alivio por dejar de sentirme tonto, resoplé con fuerza.
-Prfff, ya ves, macho. Si es que... la que está liando Zapatero... -En esta ocasión, fue el Friki quien se partió de risa.
-P-pues sí... tenemos un presidente que tela, ¿eh? Al final va a tener razón mi madre y todo...
Ahí fue cuando se encendió la alarma en mi cabeza, y a juzgar por la mirada de incredulidad de mi compañero de fatigas, también en la de el Friki. Él siguió riéndose, pero yo, como solía hacer con el muchacho, me mantuve un poco más estoico.
-Esto... JC, sabes que Zapatero lleva solo unos años en el poder, ¿verdad?
-S-sí, claro -respondió, con absoluta naturalidad.
-Y... ¿cuánto crees que hace desde que pusieron la E.S.O.? -JC se mantuvo en silencio-. Más fácil... ¿cuánto crees que hace desde que YO empecé la E.S.O.?
Ante tamaña pregunta, JC puso a tope de power el superordenador que era su cabeza, y en muy pocos segundos, el cálculo dio sus frutos. Unos cuantos segundos después, comprendió la broma, y la ironía. Sonrió.
-Ah... ja, ja, ja... claro, hombre, y-ya lo pillo...
Y poco más. En cuanto se metió para su cuarto, empecé a gesticular de todas las maneras posibles para que el Friki comprendiera cuánto me costaba no reírme a pleno pulmón. ¿Qué puedo decir? En su defensa añadiría que era algo más joven y alelado que nosotros; yo mismo estaba mucho más atontado un solo año antes de aquel... no tanto, pero mucho más que un año antes. Al menos, y para su suerte, ZP seguía en el poder, y JC no fue también víctima de un meme que lleva rodando ya unos diez años.
-Eh, eh, tíos, ¿a que no sabéis qué me ha pasado hoy? -preguntó, con una inclasificable mueca.
-Ilumínanos, machote -se adelantó a responder el Friki.
-Pues... bueno, e-estaba yo en clase, ¿sí? Y... y el profe, yendo de una cosa a otra, preguntó algo así tonto, de... de cultura general. ¿Cómo era...? -JC recabó en su sesera durante unos segundos-. ¡Ah, sí! Que si sabíamos q-quién fue Primo de Rivera. -No sabiendo muy bien qué esperaba de nosotros, ambos nos mantuvimos en silencio-. Porque vosotros sabéis quién fue, ¿n-no?
-¿...Sí? -respondí, dubitativo, aún extrañado.
-¿Y tú, Friki? -contraatacó.
-Que sí, hombre. Venga ya, ¡arranca!
-S-sí, ya voy, je, je... -JC sopesó sus siguientes palabras, antes de lanzarlas-. Bueno, el caso es que... que es normal que lo sepáis, igual que l-lo sabía yo. Pero... ¿sabéis cuántos de mi clase han levantado la mano? -Lógicamente, me encogí de hombros-. Pues un par en la primera fila, contándome a mí. E-el caso es que... bueno... que me ha extrañado tanto que he empezado a darle vueltas a la cabeza. Mi madre siempre dice que hay que v-ver lo mal que está la enseñanza ahora. Y-yo normalmente se lo d-discuto porque pienso que yo soy bastante culto, pero... estas cosas te hacen pensar, ¿sabéis? ¿Será verdad lo de que la E.S.O. fue un error? -En aquel momento comprendí a dónde iba. A medio camino entre la risa y el alivio por dejar de sentirme tonto, resoplé con fuerza.
-Prfff, ya ves, macho. Si es que... la que está liando Zapatero... -En esta ocasión, fue el Friki quien se partió de risa.
-P-pues sí... tenemos un presidente que tela, ¿eh? Al final va a tener razón mi madre y todo...
Ahí fue cuando se encendió la alarma en mi cabeza, y a juzgar por la mirada de incredulidad de mi compañero de fatigas, también en la de el Friki. Él siguió riéndose, pero yo, como solía hacer con el muchacho, me mantuve un poco más estoico.
-Esto... JC, sabes que Zapatero lleva solo unos años en el poder, ¿verdad?
-S-sí, claro -respondió, con absoluta naturalidad.
-Y... ¿cuánto crees que hace desde que pusieron la E.S.O.? -JC se mantuvo en silencio-. Más fácil... ¿cuánto crees que hace desde que YO empecé la E.S.O.?
Ante tamaña pregunta, JC puso a tope de power el superordenador que era su cabeza, y en muy pocos segundos, el cálculo dio sus frutos. Unos cuantos segundos después, comprendió la broma, y la ironía. Sonrió.
-Ah... ja, ja, ja... claro, hombre, y-ya lo pillo...
Y poco más. En cuanto se metió para su cuarto, empecé a gesticular de todas las maneras posibles para que el Friki comprendiera cuánto me costaba no reírme a pleno pulmón. ¿Qué puedo decir? En su defensa añadiría que era algo más joven y alelado que nosotros; yo mismo estaba mucho más atontado un solo año antes de aquel... no tanto, pero mucho más que un año antes. Al menos, y para su suerte, ZP seguía en el poder, y JC no fue también víctima de un meme que lleva rodando ya unos diez años.
lunes, 19 de noviembre de 2018
Una de estas... del día a día...
Cuando escribo anécdotas me gusta exagerarlas un poco para que queden más graciosas. Hoy haré una excepción, pues ha sido una de estas ocasiones en las que la realidad supera a la ficción.
Hace unos días hice un pedido en Amazon: un despertador, un brazo para el móvil (para el coche), y una ensaladera. Como no puede ser de otra manera, puse en los detalles del pedido que, ya que yo trabajo por las mañanas, por favor, me lo enviasen por la tarde. Un carajo para mí, por supuesto que han pasado por la mañana... Total, que cuando he vuelto del curro miro en la web de Correos, y veo que el paquete está de nuevo en reparto, lo que me hace pensar que iban a pasar por segunda vez en el mismo día. A esto que, con un poquito de fe, me pongo a hacer tiempo... 1... 2... 3 horas... nada, que el paquete no llega, y como yo tenía que hacer cosas, pues decido salir a la calle a hacerlas. El plan era el siguiente: primero, ir al taller de encima de mi casa, para pedir un poco de asesoramiento; segundo, ir al APPinformática, para recoger un cable que había pedido; tercero, ir al Día, a por leche. ¡Qué iluso!
En estas que voy al taller, y mientras voy subiendo la cuesta de mi calle (bastante pronunciada, recordemos que es Segovia), me empieza a dar uno de esos indeseables subidones de ansiedad, que hacía como una semana que no me daban. Llego al taller con la lengua fuera, respirando fuerte, y la gente me mira raro. Por suerte había un poco de cola, así que me dio tiempo a inspirar hondo y serenarme. Llega mi turno, y empiezo a hacer preguntas como un retrasado porque mi idea sobre coches y las consultas resultantes se quedan en un margen de conocimiento muy reducido. Y... empieza a vibrarme el móvil. "Disculpe, tengo que contestar, que puede ser importante", digo yo. "No se preocupe", dice ella. Salgo del taller, voy a coger el teléfono... y se para. Como SÉ QUIÉN PUÑETAS ERA, me asomo a mi calle, y allí la veo, la furgoneta de Correos en todo el extremo más bajo de la calle. Como alma que lleva el diablo, me pongo a correr calle abajo haciendo zig-zag entre los transeúntes (¿cómo puede haber tanta gente en una calle tan apartada?). Veo que la furgoneta enciende las luces para pirarse... "¡¡PERDONE!!", chillo, y pillo a tiempo al hombre. Total...que sí, que era él, y que era mi paquete. Lo recojo justo a tiempo, y me doy la vuelta para retomar mi conversación con la del taller... o ese era el plan, porque antes de eso, mientras subía de nuevo la calle, mis manos de trapo deciden hacerse notar, se me resbala el paquete, pierdo el equilibrio, lo lanzo hacia arriba en un reflejo erróneo, y acaba estrellándose contra una furgoneta (por suerte, el dueño no andaba cerca, y la caja era de cartón). Cojo el paquete antes de que toque el suelo, muerto de vergüenza y deseando que nadie me haya visto... pero sí lo han hecho, aunque tienen la decencia de mirar para otro lado. "A otra cosa, Fede", me digo, y vuelvo al taller. Allí... pues poco más, planteo unas dudas, y decido volverme a casa para guardar el paquetón de Correos.
Sabiéndome a salvo en mi guarida, abro el paquete con miedo, pues no recordaba si la ensaladera que pedí era de plástico o de cristal. Lo abro... "plástico", digo en voz alta. Abro el despertador, lo enchufo... "intacto", me digo tranquilo. Ya sereno del todo, se me ocurre que como me dijeron que el cable de la tienda de informática llegaría el lunes, habría altas probabilidades de que no hubiese llegado hoy mismo, así que decido llamar y... bingo, no ha llegado. "¿De verdad necesitas la leche hoy, Fede?", me pregunto. "...No tanto", me respondo.
Hace unos días hice un pedido en Amazon: un despertador, un brazo para el móvil (para el coche), y una ensaladera. Como no puede ser de otra manera, puse en los detalles del pedido que, ya que yo trabajo por las mañanas, por favor, me lo enviasen por la tarde. Un carajo para mí, por supuesto que han pasado por la mañana... Total, que cuando he vuelto del curro miro en la web de Correos, y veo que el paquete está de nuevo en reparto, lo que me hace pensar que iban a pasar por segunda vez en el mismo día. A esto que, con un poquito de fe, me pongo a hacer tiempo... 1... 2... 3 horas... nada, que el paquete no llega, y como yo tenía que hacer cosas, pues decido salir a la calle a hacerlas. El plan era el siguiente: primero, ir al taller de encima de mi casa, para pedir un poco de asesoramiento; segundo, ir al APPinformática, para recoger un cable que había pedido; tercero, ir al Día, a por leche. ¡Qué iluso!
En estas que voy al taller, y mientras voy subiendo la cuesta de mi calle (bastante pronunciada, recordemos que es Segovia), me empieza a dar uno de esos indeseables subidones de ansiedad, que hacía como una semana que no me daban. Llego al taller con la lengua fuera, respirando fuerte, y la gente me mira raro. Por suerte había un poco de cola, así que me dio tiempo a inspirar hondo y serenarme. Llega mi turno, y empiezo a hacer preguntas como un retrasado porque mi idea sobre coches y las consultas resultantes se quedan en un margen de conocimiento muy reducido. Y... empieza a vibrarme el móvil. "Disculpe, tengo que contestar, que puede ser importante", digo yo. "No se preocupe", dice ella. Salgo del taller, voy a coger el teléfono... y se para. Como SÉ QUIÉN PUÑETAS ERA, me asomo a mi calle, y allí la veo, la furgoneta de Correos en todo el extremo más bajo de la calle. Como alma que lleva el diablo, me pongo a correr calle abajo haciendo zig-zag entre los transeúntes (¿cómo puede haber tanta gente en una calle tan apartada?). Veo que la furgoneta enciende las luces para pirarse... "¡¡PERDONE!!", chillo, y pillo a tiempo al hombre. Total...que sí, que era él, y que era mi paquete. Lo recojo justo a tiempo, y me doy la vuelta para retomar mi conversación con la del taller... o ese era el plan, porque antes de eso, mientras subía de nuevo la calle, mis manos de trapo deciden hacerse notar, se me resbala el paquete, pierdo el equilibrio, lo lanzo hacia arriba en un reflejo erróneo, y acaba estrellándose contra una furgoneta (por suerte, el dueño no andaba cerca, y la caja era de cartón). Cojo el paquete antes de que toque el suelo, muerto de vergüenza y deseando que nadie me haya visto... pero sí lo han hecho, aunque tienen la decencia de mirar para otro lado. "A otra cosa, Fede", me digo, y vuelvo al taller. Allí... pues poco más, planteo unas dudas, y decido volverme a casa para guardar el paquetón de Correos.
Sabiéndome a salvo en mi guarida, abro el paquete con miedo, pues no recordaba si la ensaladera que pedí era de plástico o de cristal. Lo abro... "plástico", digo en voz alta. Abro el despertador, lo enchufo... "intacto", me digo tranquilo. Ya sereno del todo, se me ocurre que como me dijeron que el cable de la tienda de informática llegaría el lunes, habría altas probabilidades de que no hubiese llegado hoy mismo, así que decido llamar y... bingo, no ha llegado. "¿De verdad necesitas la leche hoy, Fede?", me pregunto. "...No tanto", me respondo.
sábado, 17 de noviembre de 2018
Sobre el catalán, el castellano, y la falta de educación.
He estado bastante tiempo sin internet, así que hoy retomo el publicar cada 2-3 días (o al menos, ese es el plan).
A lo largo de los años, y más desde que se puso de moda el independentismo catalán (porque, en efecto, es una moda como cualquier otra), se suele decir por ahí que Cataluña es una de las CCAA menos amistosas de España. No me meteré en si es verdad o no, pues he estado en varias y en todos lados hay de todo, pero sí que es verdad que se dice por ahí que en Cataluña la gente suele ser bastante estirada, que si el acento es muy pedante, que si los independentistas quieren destruir España, que si son muy cerrados a la hora de hablarte en castellano... y es en este último punto en el que quiero centrarme.
No puedo ser imparcial, pues mi tiempo en Cataluña, que fue de 4 meses y medio, fue totalmente en Barcelona, la cual es por motivos obvios la población más multicultural de Cataluña (y de España, según dicen). En mi caso no tuve muchos problemas, tan solo hubo un par de profesores que alguna que otra vez se ponía a hablar en catalán, y cuando se daban cuenta se disculpaban y volvían al castellano (anécdota que, por cierto, podría repetir para Galicia). Repito que tiene que haber de todo, pero se supone que si sales de Barcelona y te vas a Gerona o Lérida (provincia, o ciudad) tienes más posibilidades de encontrarte a esa gentucilla tan adorable que se cierra en banda y se niega a hablarte en castellano... Claro está que te puedes cruzar con un pueblerino que ni siquiera SEPA hablar castellano, pero no hablo de esos, sino de los que se niegan por una simple cuestión de cabezonería. Ya sabéis... toda esa morralla que se dice por ahí, desde los que hablan de la corona de Cataluña, hasta los que hablan de la superioridad de la raza catalana (me hacen mucha gracia esos últimos, sobre todo cuando critican a los andaluces por la siesta). Libertad de expresión lo llaman, sentimiento e identidad catalana, "principios", incluso, y lo pongo entre comillas porque no deja de ser una completa falta de respeto, ya sea por pura maldad, o de manera encubierta y sin siquiera darse cuenta. Me explico:
Que conste que tengo familia y amigos catalanes, a los que aprecio mucho, y a los que les respeto sus ideales. Uno de ellos, de hecho, me dijo una vez que él era independentista por sentimiento catalán, lo cual, si bien no comparto al tratarse de una irracionalidad como que te guste el azul o el amarillo (ugh... el amarillo...), insisto en que lo respeto, pues es un tío simpático y educado, y no es un terrorista ni un activista descerebrado. Pero ahora voy a los que decía antes, repitiendo previamente, y por enésima vez, esa frase de que en todos lados hay de todo: ¿creéis que un catalán independentista, catalanista, supremacista catalán, y con todo el set de -istas al completo, se cerraría en banda a comunicarse con un turista noruego que entre en su tienda (digamos que forrado), en inglés, por el hecho de su "sentimiento catalán"? Pues alguno habrá, no digo yo que no, pero soy más capaz de imaginarme a ese supuesto individuo buscando hasta saludos en noruego por su móvil, que hablándole en castellano a un peninsular cualquiera. Eso, colega, no es sentimiento catalán ni independentismo; eso es un desplante puro y duro, es racismo sin raza (xenofobia, quizás), y es una completa y absoluta falta de educación y de respeto. Si a ti te dieron culo en vez de teta, por favor, no hace falta que se lo devuelvas al mundo.
Lo de siempre... por favor, un poquito de sentido común, y de saber pensar. Ya he dicho que yo no me he cruzado nunca con ninguno de esos que se niegan a salir del catalán, por lo que doy por hecho que se trata de una minoría, pero para aquellos que se supone que existen... bueno, pues mierda para vosotros también, porque eso es lo que me estaréis deseando si algún día me negáis el habla por no conocer vuestra lengua. Y os dejo aquí una captura de pantalla que me ha arrancado una carcajada, para terminar:
A lo largo de los años, y más desde que se puso de moda el independentismo catalán (porque, en efecto, es una moda como cualquier otra), se suele decir por ahí que Cataluña es una de las CCAA menos amistosas de España. No me meteré en si es verdad o no, pues he estado en varias y en todos lados hay de todo, pero sí que es verdad que se dice por ahí que en Cataluña la gente suele ser bastante estirada, que si el acento es muy pedante, que si los independentistas quieren destruir España, que si son muy cerrados a la hora de hablarte en castellano... y es en este último punto en el que quiero centrarme.
No puedo ser imparcial, pues mi tiempo en Cataluña, que fue de 4 meses y medio, fue totalmente en Barcelona, la cual es por motivos obvios la población más multicultural de Cataluña (y de España, según dicen). En mi caso no tuve muchos problemas, tan solo hubo un par de profesores que alguna que otra vez se ponía a hablar en catalán, y cuando se daban cuenta se disculpaban y volvían al castellano (anécdota que, por cierto, podría repetir para Galicia). Repito que tiene que haber de todo, pero se supone que si sales de Barcelona y te vas a Gerona o Lérida (provincia, o ciudad) tienes más posibilidades de encontrarte a esa gentucilla tan adorable que se cierra en banda y se niega a hablarte en castellano... Claro está que te puedes cruzar con un pueblerino que ni siquiera SEPA hablar castellano, pero no hablo de esos, sino de los que se niegan por una simple cuestión de cabezonería. Ya sabéis... toda esa morralla que se dice por ahí, desde los que hablan de la corona de Cataluña, hasta los que hablan de la superioridad de la raza catalana (me hacen mucha gracia esos últimos, sobre todo cuando critican a los andaluces por la siesta). Libertad de expresión lo llaman, sentimiento e identidad catalana, "principios", incluso, y lo pongo entre comillas porque no deja de ser una completa falta de respeto, ya sea por pura maldad, o de manera encubierta y sin siquiera darse cuenta. Me explico:
Que conste que tengo familia y amigos catalanes, a los que aprecio mucho, y a los que les respeto sus ideales. Uno de ellos, de hecho, me dijo una vez que él era independentista por sentimiento catalán, lo cual, si bien no comparto al tratarse de una irracionalidad como que te guste el azul o el amarillo (ugh... el amarillo...), insisto en que lo respeto, pues es un tío simpático y educado, y no es un terrorista ni un activista descerebrado. Pero ahora voy a los que decía antes, repitiendo previamente, y por enésima vez, esa frase de que en todos lados hay de todo: ¿creéis que un catalán independentista, catalanista, supremacista catalán, y con todo el set de -istas al completo, se cerraría en banda a comunicarse con un turista noruego que entre en su tienda (digamos que forrado), en inglés, por el hecho de su "sentimiento catalán"? Pues alguno habrá, no digo yo que no, pero soy más capaz de imaginarme a ese supuesto individuo buscando hasta saludos en noruego por su móvil, que hablándole en castellano a un peninsular cualquiera. Eso, colega, no es sentimiento catalán ni independentismo; eso es un desplante puro y duro, es racismo sin raza (xenofobia, quizás), y es una completa y absoluta falta de educación y de respeto. Si a ti te dieron culo en vez de teta, por favor, no hace falta que se lo devuelvas al mundo.
Lo de siempre... por favor, un poquito de sentido común, y de saber pensar. Ya he dicho que yo no me he cruzado nunca con ninguno de esos que se niegan a salir del catalán, por lo que doy por hecho que se trata de una minoría, pero para aquellos que se supone que existen... bueno, pues mierda para vosotros también, porque eso es lo que me estaréis deseando si algún día me negáis el habla por no conocer vuestra lengua. Y os dejo aquí una captura de pantalla que me ha arrancado una carcajada, para terminar:
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