lunes, 23 de marzo de 2020
El caso del macho ibérico.
>>Hoy, en Jara y Sedal...
>>...Aullidos en el Matorral...
>>En estas que voy al Mercadona.
>>En coche, ida y vuelta, con guantes y todo.
>>Buen ciudadano, el tío.
>>El Mercadona, con mejores controles que algunos bancos.
>>...Bravo, señor Roig.
>>Ya de vuelta, voy con el coche por la calle.
>>Y... lo veo.
>>Varón panzudo en sus cincuenta y pocos.
>>Andar despreocupado, mirada firme.
>>Imposible saberlo, pero seguro que llevaba una cadena de oro.
>>Y... llevaba una mascarilla.
>>...Y... No la llevaba puesta en la boca.
>>...Y... la llevaba por encima de la frente.
>>...Agarrada a las orejas, pero puesta como si fuera una boina.
>>Eso sí, en la mano, un puro encendido.
>>Seguro que al terminar de fumar, se bajó la mascarilla.
>>...Como un buen ciudadano.
>>...Final del informe.
sábado, 14 de marzo de 2020
Propuesta para el coronavirus.
Seré breve con esta publicación. Para aquellos que os toméis la molestia de leer estas líneas: doy por hecho que algunos de vosotros (pocos, por desgracia) os tomaréis en serio el tema de no salir de casa durante estos días. Os propongo que toméis la última fecha en la que hayáis estado abiertamente expuestos a la población y la apuntéis. Algo tan sencillo como eso. Según dicen, el periodo de incubación de esta enfermedad es de, aproximadamente, 7-10 días de media. Si en 15 días no das síntomas, es que estás limpio. Tomando como referencia un día cualquiera y contando hasta un +15 podéis, de una manera aproximada, aseguraros de que vosotros y/o vuestros compañeros de trabajo y/o familiares estáis limpios, algo que siempre da un cierto grado de tranquilidad.
Obviamente no será 100% fiable, siempre es posible que un compañero de trabajo se vaya de parranda un día y te lo pegue a la mitad de esos 15 días... pero bueno, es mejor que andar con la incertidumbre. Para mí, el punto de partida es el día 14 de marzo, día en el que me cerraron el gimnasio. Doy por hecho que no voy a ver a nadie más que a mis compañeros de trabajo en los próximos días a menos que sea necesario.
Ahí lo dejo.
jueves, 12 de marzo de 2020
Coronavirus, y el egoísmo mediocre.
Hoy os quiero presentar otra de estas ideas que me rondan por la cabeza, una que me gusta llamar "egoísmo mediocre", "egoísmo de los mediocres", "egoísmo justificado", o incluso (a veces) "egoísmo extremo". Lo explicaré tirando de ejemplos, y empezaré con uno que anda en boca de todos hoy día: el caso del coronavirus.
En cierto modo ya he hablado con anterioridad sobre el egoísmo de los mediocres, siendo la primera vez aquella en la que hablé sobre la "población latente", pero hoy lo voy a abordar desde otra perspectiva. ¿Por qué el famoso coronavirus se ha expandido tanto? Bueno, pues aunque suene mordaz, no creo que absolutamente nadie en este puto mundo tenga una respuesta lo suficientemente acertada a esa pregunta, pero las noticias que se ven por ahí tienden a apuntar a ser un caso de irresponsabilidad civil. No en vano, se han visto hasta memes en los que se ridiculiza el caso diciendo que uno de los síntomas secundarios del coronavirus es el desarrollo de deseos por viajar... y por ahí van los tiros. Poneos en el pellejo del ciudadano medio. Como digo siempre, sería el típico parroquiano de bar que a ratos es y deja de ser cualquiera de nosotros (ciudadano latente... ¿recordáis? https://federicadas.blogspot.com/2018/08/la-poblacion-latente.html ). El susodicho individuo empieza a ser bombardeado por montones de noticias sobre un virus de China que blablabla... ya os lo conocéis. Más tarde o más temprano empieza a escuchar frases preconstruidas que a veces ridiculizan el caso, y otras veces lo agravan por alarmismo desproporcionado. El individuo se ve en una tesitura polarizada, pues el ciudadano medio siempre tenderá a ver dos extremos en vez de una escala de grises: o se conciencia con el problema y arrampla con todo lo que vea en el supermercado para enclaustrarse en casa, o dice que "eso no eh máh que una gripe máh floha!!" y se la soplará por completo. Así pues... ¿cuál de esas dos cosas veis más posible que ocurra?, ¿la que requiere un cambio radical de su estilo de vida y empujar su zona de confort (estrés y demás), o la que requiere que... no haga nada, y que además tenga un nuevo y gracioso tema de conversación para echar pestes en el bar? Pues oiga, yo no lo sé porque no estoy en la cabeza de todos, pero juraría que la segunda la veo más fácil para ocurrir.
Así pues, tenemos a un individuo mediocre (o ciudadano medio, que aunque "mediocre" suene súper feo, no dejan de ser sinónimos) que, en base a haber sobrevivido al final del mundo del calendario Maya, a la gripe A, al brote de ébola de hace unos años, y a otro mogollón de noticias sensacionalistas que azotaron a la población, sufrió de un auténtico síndrome de "pastor de Pedrito y el lobo". Conclusión: el ciudadano medio hace lo que le sale de la punta de la polla, que va a ser en un 99% de veces lo más fácil y cómodo; y si eso implica irse de vacaciones porque tiene "una tos tonta", pues que le jodan al mundo. Joder, si es que él ya tenía los billetes comprados... ¿¿cómo se va a quedar sin sus vacaciones por "eso que no eh máh que una gripe máh floha"?? Y donde digo viajar, digo cualquier otra cosa que implique riesgos sanitarios, como no pedir ayuda del médico si tienes sospechas de estar contagiado, o no meterte en casa para no contagiar a nadie.
Termino con el coronavirus, y voy con otro caso. Podría dar decenas, como aquel de la filosofía del cuello de botella del que ya hablé en una ocasión ( https://federicadas.blogspot.com/2019/05/la-filosofia-del-cuello-de-botella.html ), pero me apetece un poco de gresca. El otro día vi en un estado de whatsapp de un amigo un vídeo corto de esos que están de moda. Salía una muchacha joven, guapísima, pelirroja, delgada, alegre y con una expresión de confianza infinita. Vamos, que era carisma personificado y se comía la cámara mientras hablaba (si bien era un poquito petarda para mi gusto...), y aunque lo que decía era muy bonito... bueno, voy a analizarlo un poco. La chica decía el típico "si alguien dice cualquier cosa en redes sociales y no molesta a nadie, no lo critiques", y seguía con un corto monólogo en el que, sin mojarse, daba a entender que se refería a aquellas personas que andan bajas de autoestima por no cuidarse, o por ser diferentes. Obvio que no me voy a meter con aquellas personas que sufren de una condición clínica (depresión, hipotiroidismo...), pero sí que voy a poner mi granito de arena para luchar contra esa tendencia de egoísmo justificado que están creando muchos ciudadanos medios, y me vais a perdonar si uso un lenguaje un tanto desagradable y satírico, pero para algo es mi blog.
Estimado ciudadano mediocre: sinceramente (sí, no te miento), a mí me da exactamente igual que te guste comerte los cruasanes de diez en diez y aderezarte el colacao con sobrasada, que la grasa que tienes entre lorza y lorza te provoque ronquidos y apnea del sueño, y que te ames por cómo eres. De hecho, hasta te felicito (EN PARTE) por eso último, es muestra de que has aprendido a sobreponerte a prejuicios sociales y a dejar de escuchar al maldito "qué dirán", que es una de las peores cosas de la sociedad. Pero aquí es donde viene mi reivindicación: una cosa es quererte A TI MISMO, y otra muy diferente es PROMOVER ESTILOS DE VIDA NO SALUDABLES. Si te gusta pellizcarte la molla y verte gordo en el espejo, estupendo, pero si vas pregonando por medios públicos que estar gordo, comer mal, no hacer ejercicio, y un largo etcétera de hábitos perezosos y fáciles son perfectamente buenos y respetables, estás haciendo algo tan bonito como cuando en los años 60 decían que un hombre con clase debe fumar. Al dar visibilidad a esos hábitos de vida no saludables, estás promoviendo que mucha gente de escasa personalidad (que son más de los que podrías creer) se fijen en ti y piensen que tu postura es la acertada, y que en vez de solucionar problemas que ellos puedan tener, acaben adquiriendo otros bajo el nombre de depresión o diabetes (por citar dos bastante típicos). La vida ya es lo suficientemente difícil y competitiva como para que vengas tú a decirle a los más indecisos que está bien que sean perezosos y que no se preocupen por su salud. Los estilos de vida no saludables llevan a cosas como subidas en la tasa de paros cardíacos en adolescentes (que ocurren), al aumento de casos clínicos que NO deberían verse de una manera normal, al consumo de recursos médicos que deberían estar dedicándose a cosas que son más esperables, urgentes, y dignas de atención, etc (y aquí enlazo con lo de la irresponsabilidad civil del coronavirus, ¿os suena lo de los hospitales colapsados por "una enfermedad que eh como una gripe máh floha"?. Así pues, estimado ciudadano mediocre... si está entre tus planes el ser feliz con tu estilo de vida, acortándola de manera voluntaria, adelante, no te detendré, pero haz lo posible por no intentar llevarte contigo a alguien que no tiene la culpa de tener poco arrojo y/o de encontrarse en un punto complicado de su propia vida.
Termino esta publicación con unas últimas líneas que, por desgracia, considero necesario añadir, si bien desearía que no fuera así: NO estoy metiéndome con la gente perezosa y/o gorda, sino con la manía de divinizar el culto a las libertades más dañinas, y al egoísmo mediocre del que hablaba al principio. Al fin y al cabo, todos y cada uno de nosotros, como dije más arriba, somos y dejamos de ser ciudadanos mediocres a ratos. El problema aparece cuando esto se convierte en tendencia, y ese egoísmo se convierte en algo tan endémico y natural que la sociedad tenderá a justificarlo. ¡No, señores! ¡Entrar en la rotonda sin frenar no está bien "porque lo hace todo el mundo"!
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