viernes, 20 de noviembre de 2020

¡Y sigue la cruzada contra las telefónicas!

Hacía ya mucho que no echaba mierda sobre una compañía telefónica, y eso, yo, no lo puedo permitir. La siguiente historia sigue de manera directa el relato del anterior capítulo, solo que un año más tarde:

https://federicadas.blogspot.com/2019/12/continua-la-cruzada-contra-las.html

Sabía yo que se aproximaba una fecha que tengo bajo control. Realicé la portabilidad de la que os hablé a costa de volver a hipotecar mi libertad económica bajo pena de multa por un año (lo que se suele llamar "contrato de permanencia"), pero oye, tengo que reconocer que me hicieron una oferta bastante buena. Así pues, tras 11 meses de disfrutar de una nueva oferta, y sabiendo que tenía unas vacaciones próximas, me propuse que utilizaría parte de ese tiempo para arreglar el asunto, ya fuese contratando una tarifa inferior (no necesito 600 megas de fibra...), o incluso estudiando la posibilidad de una nueva portabilidad.

Iluso... (en parte, que me salí con la mía)

Ayer estaba yo por casa de tranquis, cuando me llama un número de Valencia. Mi compañía telefónica: que saben que en dos semanas vence mi oferta, y que quieren proponerme una contraoferta. Durante este año he estado pagando unos 40€ al mes por un servicio que (SEGÚN DICEN ELLOS) vale 65€, de modo que me ofrecían una tarifa aún más potente (mismas megas, pero más gigas para el móvil) por una pequeña subida hasta 43€, pero ya no tendría permanencia y el precio ya no sería de una promoción, sino que se quedaría como precio base. Pues oye... inicialmente sonaba de puta madre, para qué os voy a engañar.

Pero me acordé... es una compañía telefónica.

Dije que aunque la oferta era buena, justamente iba a proponerles lo contrario: pagar menos, y recibir menos megas. El tío (que lo llamo así por la situación, pero la verdad es que fue majísimo) ni se lo pensó, ya estaba preparado: 38€, 300 megas, y se queda fijo, sin permanencia. Me quedé callado unos minutos... le hice repetir las condiciones 2 veces más, para asegurarme de que no me querían colar nada raro. Y... acepté, porque me iba a ahorrar un viaje a la tienda, porque me quitaba el problema de encima, y porque al fin y al cabo, era una de las opciones que yo quería.

Y bueno, pues diréis vosotros: ¡quejica, si te salió bien y sin moverte de casa!, ¿dónde está la pega? Si habéis seguido los otros capítulos, ya os podréis oler la tostada. Primero, decir que QUÉ CASUALIDAD que desde hace dos semanas, el internet me ha empezado a dar problemas tras un año yendo finísimo (confinamientos incluidos, que hubo mucho más tráfico de red). Segundo, decir que tengo la más absoluta y completa seguridad de que si me hubiese peleado un poco (cosa que yo no hago porque lo considero indigno), habría podido arañar 2 ó 3 euros mensuales menos. Tercero, que teniendo en cuenta el segundo punto, estoy casi completamente seguro (y digo casi porque hay que dejar lugar a la duda) de que ese servicio de 38€ que quizás podría haber conseguido por 35 o así, no creo que a ellos les cueste más de 4 ó 5 mantenerlo funcionando.

¡Ah! Y la guinda del pastel: al hacer el cambio de tarifa, dejaron de funcionarme los datos móviles. Llamé al servicio técnico, me lo solucionaron super rápido (sorprendido me hallé), pero en el mientras tanto, que tuve que decir el modelo de mi móvil para que me dijeran qué hacer para arreglarlo, ya me habían intentado colar un contrato de permanencia nuevo porque mi móvil "era muy bueno, pero ya viejito".

Y por ello, a pesar de que las quejas que tengo de esta compañía telefónica son, a nivel puramente empírico, nulas (y por eso no voy a decir el nombre por ahora), no me voy a cortar en decirlo: piratas, estafadores, carroñeros, ¡cabrones!, ¡cabrones!

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