Me acabo de dar cuenta de que llevo 171 publicaciones en el blog... quite the surprise. Bueno, el caso es que no sé si entre ellas habrá alguna que trate sobre este tema, pero como es algo que siempre consigue hacer que me hierva la sangre, ahí va.
Estoy hartico de escuchar la frase "¡y además, es natural!", ya sea en boca de particulares cuando se toman su complemento de vitaminas de herbolario, o en boca de la publicidad de turno cuando te quieren vender cualquier basura difícil de venderse sola. ¿Qué es algo natural? Pues según la RAE, que tiene 18 puñeteras acepciones, se puede sacar en conclusión que "natural" es "algo relativo o perteneciente a la naturaleza, o que trata de imitarla". Aunque es un auténtico ejercicio mental llegar a esta conclusión (te puede costar hasta medio minuto), por increíble que suene, todo lo que existe es relativo o perteneciente a la naturaleza. Y no, no me refiero a todo lo que existe en el campo. Me refiero a todo lo que existe. Todo lo que existe... iste... iste... TODO. LO. QUE. EXISTE. Me explico.
Estamos de acuerdo en que las plantitas verdes del campo son naturales, ¿verdad? También estamos de acuerdo en que el ternerito que mama de su madre es tope de natural, ¿cierto? También estamos de acuerdo en que parir a tu hijo en casa es, si bien algo arriesgado e insensato en los tiempos que corren, la rehostia de natural, ¿no? Pero la cosa no se queda aquí. El tema es que la pura propaganda de determinados productos (sí, recordemos que todo es marketing) nos han hecho asociar la palabra "natural" con el color verde del campo (que por cierto, depende de dónde, que en mi tierra natal el campo es marrón y amarillo la mitad del año). También se asocia "natural" con el típico símbolo de la hoja (vegetal) con forma de huso engrosado en el centro (porque recordemos, prolíficos urbanitas, que hay muchísimos más tipos de hojas). ¿Por qué se ha hecho esto? Simple, para separar en dos grupos las cosas que han surgido de una manera ARBITRARIAMENTE CONSIDERADA COMO DIRECTA de la naturaleza, de las que no, que serían las consideradas "artificiales". No lo pongáis en duda: lo que hoy en día se podría considerar un método natural (o tradicional) de cocina, como es cocinar con carbón, en otra época se podría haber considerado mega artificial, o algo digno de una invocación al demonio.
Y es que aquí es donde radica todo el tema, en el miedo. Sí, señores, como casi todo lo que causa controversia, se trata de una decisión tomada en base al miedo. Un día, alguien a quien le interesaba hacerlo, descubrió que los excipientes de los medicamentos (u otros compuestos taco de artificiales) tienen unos nombres que te provocan un nudo en la garganta al tratar de pronunciarlos (butirato, maleato, carbonato, Honorato...). Esto, no obstante, tiene una base, ya que es cierto que muchos de estos productos, si no se usan con la suficiente moderación (es decir, si no están adecuadamente regulados), se tornan en tóxicos. Pero mira, mira, mira, ¡acércate, que te voy a contar un secreto! En el mundo civilizado, estas sustancias ESTÁN reguladas. Hay efectos adversos, sí... pero la filosofía es la de siempre: el riesgo cero, sencillamente, no existe. Y mira, mira, mira, ¡otro secreto! Tampoco hay riesgo cero con esas sustancias tope de naturales que te vende el herbolario. De hecho, y aun a riesgo de equivocarme, me atrevería a decir que como se trata de sustancias mucho más "exóticas" e infrecuentes en el mercado, tienes más probabilidades de cruzarte con algún producto no regulado y, por lo tanto, impredecible (que no necesariamente peligroso, ojo). Y mira, mira, mira, ¡otro secreto más! Si supieras cuál es el nombre de la mitad de las sustancias que tiene un alimento mega natural como es una fruta, te caías de espaldas. Los famosos, super naturales y saludables (que lo son) ácidos grasos omega 3 del pescado tienen nombres tan amistosos para las cuerdas vocales como "ácido docosahexanoico" o "ácido eicosapentanoico", y como bien sabemos por la lógica expresada más arriba, todo lo que vaya en dificultad de Honorato para arriba, es capaz de invocar a Satanás.
Bueno, voy a bajar ya el ritmo y a dejar la nota de humor para hacer dos últimos incisos en algo que puse en mayúsculas más arriba, lo de "surgido de una manera arbitrariamente considerado como directa de la naturaleza". ¿Por qué lo he expresado así, diréis? Pues porque aquí hay para dar y tomar. En primer lugar, los defensores de "lo natural" son perfectamente capaces de comerse una alcachofa pensando que es tela de natural, pero mirarán con recelo algo que se ha sintetizado en un laboratorio. Bien... pues que sepáis que todo producto de un ser vivo (en este caso, la alcachofa) ha pasado por algo llamado "evolución", y la evolución no deja de ser el laboratorio bioquímico de Mamá Natura, con la diferencia de que este laboratorio es retorcido, carente de sentimientos, cruel, y extremadamente azaroso, mientras que los laboratorios humanos están (en principio) concebidos para ser eficaces, útiles, y predecibles (si no los hicieran así, se arruinarían, o explotarían...). ¿Sabéis decirme cuál es la diferencia entre la síntesis súper natural de cualquier metabolito de una bacteria, y la mezcla de químicos que se hacen en la tolva de un laboratorio farmacológico? Yo os lo voy a decir: lo segundo lo puedes conocer, ver, y criticar; lo primero te va a pillar con los pantalones bajados, estás a merced de lo que Mamá Natura haya diseñado. Como me gusta decir, no hay nada más natural que la toxina botulínica... dicen que con 75 gramos de esa toxina podrías exterminar a la humanidad.
El segundo y último inciso, que es ya más filosófico: ¿alguna vez os habéis parado a pensar que el ser humano forma parte de la naturaleza? ¿Por qué si una cabra se caga en el campo es natural, pero si un humano coge una rocas, las pule, coloca, y une con cemento para hacer una acera, entonces ya no? Al final, la naturaleza se compone solo de energía y moléculas que interfieren con más energía y con más moléculas, así como animales que usan y rompen más energía y más moléculas. Para mí, el laboratorio más artificial del mundo no deja de ser una extensión de la naturaleza, pues como bien se dijo en mi serie favorita "todo es uno, y uno es todo" (hala, ea ahí, toma ya, tol vasile, loko).
Y bueno, cierro con un pequeño párrafo más: al final, el distinguir entre natural y artificial no es más que otra muestra más de la increíble necesidad del ser humano por simplificar y segregar. No se trata de clasificar cosas en "natural, que es bueno" y en "artificial, que es malo", sino en ir una a una considerando si cada sustancia es potencialmente tóxica o no, y en qué concentración. Pero claro... eso requiere informarse y ugghhh... ¡pensar! Eso es incompatible con quejarse en el bar y parecer un cuñao que se sienta orgulloso de que "toma cosas naturales" para obviar que su cuerpo se marchita porque no pisa el gimnasio... :/