lunes, 27 de abril de 2020

Tipos de trabajador (simplificado)



Hoy, hablando con un amigo, me he acordado de una cosa de la que me informaron hace un tiempo. Después de buscar un poquito de información al respecto (no me he matado, lo confieso), parece ser que en determinados libros se habla sobre distintas teorías con respecto a los tipos de trabajadores que existen (teoría X, teoría Y, teoría Z...). Como casi siempre, y en base a lo que he encontrado por ahí (pues no me he leído los susodichos libros) estas teorías me han parecido bastante simplistas, por lo que he querido unificarlas en una publicación de blog que, sin dejar de ser simple, trataré de que sea ilustrativa, pues mi objetivo no es ahondar, sino hacer lo posible por amueblar cabezas.

A saber, se supone que hay tres tipos de trabajador, a la hora de hablar de su profesionalidad y dedicación:

-El trabajador "mediocre": por desgracia, este es el que, en mi opinión, es el más frecuente, aunque, por suerte, no en una proporción abrumadora (depende sobre todo del nivel educativo del país). Se trata de una persona a la que, por el motivo que sea, no se siente motivado por su trabajo. Quizás sea que nunca se preocupó por su futuro y acabó en un trabajo de mierda; quizás sea que simplemente es un irresponsable y/o una persona perezosa; quizás sea que está pasando por algún mal momento de su vida; quizás sea (y esto ya no es culpa suya estrictamente hablando) que las condiciones o el entorno laboral son malos. El caso es que el trabajador mediocre es aquel que si tiene que cumplir 8 horas diarias, en el minuto 1 después de la hora 8 de su turno ya está saliendo por la puerta. Algunos dirán que estoy siendo un nazi al decir esto... al fin y al cabo, si te pagan por 8 horas diarias, ¿por qué echar aunque sea un segundo más? Obvio: porque a menos que la función que desempeñas sea inmoral (telefónicas *COFF* *COFF*), lo suyo es cumplir con tus funciones y obligaciones, no solo pensar en tu culo. No te preocupes, que a menos que tu jefe sea un hijo de puta y un cutre (cosa que, por cierto, y por desgracia, ocurre más de lo que debería), sabrá ver cuándo has echado horas de más y te lo tendrá en cuenta.

-El trabajador "responsable": lo ideal sería que la mayoría de los trabajadores estuvieran en este lugar. Se trata de individuos que, al contrario del anterior, se sienten motivados por su trabajo y hacen lo posible por hacer las cosas bien, a veces porque les gusta su trabajo (afortunados estos), a veces por ser responsables (benditos estos otros). Este individuo no piensa solo en la pela y en su tiempo (lo cual no deja de ser importante), sino que también se preocupa por las funciones que desempeña en el día a día. No se trata de vivir como un esclavo tampoco, ni de convertirse en un adicto al trabajo, que dicen que no es ni sano. Pero si un día, o una semana, uno se tiene que quedar dos horas de más para no putear a un compañero, para cerrar una venta, o para cumplir con unos plazos, pues alguien responsable va y lo hace, porque es lo que toca.

Aquí quiero hacer un pequeño paréntesis. Como suele pasar, las cosas no son blancas o negras. Un tío "mediocre" puede tener un subidón de responsabilidad por algún motivo (maternidad, deudas...) y volverse "responsable" durante unos días, unas semanas, unos meses... de igual manera que alguien "responsable" puede verse en unos días malos y querer pirarse del curro en cuanto pueda. La mayoría de la gente baila entre estos dos grupos en una mayor o menor medida pero, no obstante, creo que todos hemos conocido a gente que encaja algo más en alguno de estos dos tipos.

Por último, tendríamos:

-El trabajador "tipo emprendedor": le doy este nombre simplemente porque es lo más representativo que me ha venido a la cabeza, pero es obvio que no solo entran aquí emprendedores. Se trata de un tipo de trabajador que a veces parecerá un tío admirable, y a veces un auténtico enfermo. Esta clase de persona, quizás por adorar su trabajo (he conocido a un par de ellos así...), quizás por tener una motivación o responsabilidad extra (lo que decía del emprendedor), o quizás porque su vida personal apesta y necesita refugiarse en algo (típico poli antihéroe de series de Hollywood), echará muchísimas más horas al día trabajando de las que le exige su contrato. Personalmente... aunque admiro a la gente así, he de decir que solo apoyaría a mantener este perfil a aquellas personas que están en el segundo grupo, es decir, gente que busca una promoción, gente que tenga dinero invertido en su empresa, etc. Lo cierto es que ser adicto al trabajo no es algo demasiado bonito, aunque como me gusta decir, ninguna frase representa mejor a la humanidad que la de "sarna con gusto no pica".

Antes de cerrar, una aclaración: esta publicación va referida a situaciones laborales dignas. Si nos vamos a trabajos de mierda en países de mierda, de estos cuyo nombre no diré y en los que se estila la seudoesclavitud, apaga y vámonos. En esas circunstancias... bueno, pues ya sabemos; un padre de familia podría verse trabajando 14 horas diarias para mantener a su familia por un sueldo miserable, y a veces ni siquiera lo hará por responsabilidad, sino porque es lo que le exigen a cambio de no echarlo.

viernes, 17 de abril de 2020

El ramo tránsfobo y machista.


Hoy vengo con una anécdota de las bien sabrosas. La entonaré en clave de humor y la cerraré con una moraleja, pues la alternativa sería darle la importancia que en realidad tiene, y eso sería bastante deprimente para una publicación que busca entretener y hacer pensar.

Sigo de cerca un chat. Dicho chat se compone de bastantes personas (más de cien) de las cuales diría que son, EN GENERAL, bastante normales, racionales, y respetables, con la salida del tiesto ocasional e inevitable que puede ocurrir entre tanta gente. Bien... pues el caso es que hará dos semanas entró una persona que supe desde el principio que iba a ser conflictiva. Chica trans que, tristemente, cumplía (aparentemente, al menos) con todo el estereotipo hembrista que estamos hartos de ver a día de hoy (o sea, las ovejas negras del feminismo real y respetable). Por resumir, diré que en su primerito día, a mí, que me considero tremendamente suave y diplomático, me armó un cirio y me dio a entender que no podía ser FACTIBLE que hubiese cosas en mi pasado comparables en gravedad a las que ella ha vivido. ¿Motivo? Que ella es una chica trans. Así, tal cual. Lo gracioso es que en media hora se disculpó, y en otra media hora hablando conmigo por privado, volvió a cogerme asco y soltó por el chat (público de nuevo) una aclaración pasivo-agresiva que solo yo podía entender, apelando en clave a que no se había equivocado en su juicio inicial sobre mí.

Tras esa introducción, voy con el meollo. Anoche se lió el gran pifostio gracias a la susodicha. Podría poner aquí una transcripción de la conversación, que fue en su mayor parte relativamente respetuosa, si bien, de nuevo, bastante pasivo-agresiva, pero por cuestión de respeto y decencia hacia los involucrados y su intimidad, os ofreceré un resumen: la muchacha hizo alusión a cómo todo el porno que existe está pensado para hombres cis. ¡Pum! Y se quedó tan ancha. No debe conocer la regla 34 de Internet. Empezó a pedir formas de encontrar lo que ella llamaba "porno feminista", que tras pedirle una definición, calificó como "porno entre hombre y mujer en el que la mujer disfrute y no sea solo una figura de deseo" (o sea, que tampoco le valía el lésbico). La conversación se fue calentando, y tras muchos y divertidos vocablos y declaraciones como "cisheteronormativo", "comida machista", o "el porno solo ofrece estereotipos machistas y una educación sexual afectiva penosa", y tras tirarse muchos trastos a la cabeza unos y otros (sobre todo ella a los demás), y de hacerse muchas declaraciones obvias como que "un pene no hace a un hombre", apareció en la conversación la imagen que he puesto en la cabecera.

De más está decir que me partí el ojete cosa bárbara. Le pregunté por privado al chaval que colgó la imagen, y me dijo que la puso por poner, que ni siquiera tenía sentido la cita.

Me partí el ojete cosa bárbara por segunda vez.

El caso es que la muchacha, ya le saldría de inercia, dijo que el mensaje era transfóbico, y que le daba asco. Le pregunté por qué. ¿Qué parte de la cita es la que te ha ofendido exactamente?, le dije. Respondió que hacer alusión a la relación directa entre hombre y pene. Le pregunté que si no tenía nada que decir sobre la parte del ramo, y me dijo que no, que esa parte no tenía sentido.

Y tras este y otros horrendos ataques del estilo (que nos encargamos POR SI ACASO de aclarar que eran humor negro), la susodicha optó por hacerse la víctima y marcharse del chat (hice palmas con las orejas). ¿Lo más gracioso del asunto? Que detrás de ella se fueron dos más, una diciendo que no soportaba la falta de empatía que teníamos algunos, y otro diciendo que nos revisáramos las actitudes machistas, tránsfobas y el humor.

Y hasta aquí llego, que lo que empezó como un relato morboso ha acabado por hacerme sentir sucio; ahora, la reflexión:

De más está decir que ni de cerca estoy criticando a las personas trans ni al colectivo LGBT (el cielo me libre...), sino a la tendencia más o menos natural que existe en la humanidad a caer en la polarización. La susodicha no es más que un ejemplo más del "si no estás conmigo, estás contra mí", ya que para ella no había términos medios; todas sus aportaciones al chat eran o "qué chuli tu gato", o "eso es tránsfobo y machista", parecía un auténtico estereotipo con patas y, lejos de parecerme ridícula o lamentable, voy a decir que lo que más me transmitía era lástima. Y no lástima de "qué patética, me das lástima", como dicen los malos de las pelis, sino lástima de "pobrecita, es una víctima más". Y no una víctima de los malvados machistas que discriminan a las personas trans, sino una víctima de la tendencia más arriba descrita: la polarización.

La polarización es una repugnante estrategia que los políticos de todas las épocas han utilizado desde siempre para facilitar la colaboración hacia ellos de determinados colectivos, por medio del enfrentamiento con otros colectivos a base de premisas simplistas. "Mi dios es el único legítimo"; "¿una mujer que no reza? debe ser una bruja, quemémosla"; "el comunismo lo es todo"; "esos sucios sociatas van a vender nuestro país a Venezuela"; "esos putos fachas defienden el machismo heteropatriarcal"; y un largo etc.

Cada día que pasa me doy más cuenta de que la personalidad es un don del que no disponen todos, es algo difícil de conseguir, aun más difícil de cultivar, y todavía más difícil de conservar, pues la sociedad y los que nos rodean se encargan de juzgarnos a todos lo suficiente como para someter a las mentes más débiles (que son mayoría). Dicho esto, debo admitir que yo también caí en un poco de polarización durante la conversación de la que hablé antes, pues no soy ningún superhéroe. Es verdad que la muchacha llevaba unos cuantos días tocándome las narices y que estaba deseando que se largara, lo que me hizo ponerme un poco más bromista de la cuenta, pero al mismo tiempo, aclaro que hubo muchas veces en las que me cargaba de paciencia y la intentaba hacer pensar. Sin éxito. Pues nada, chica... oféndete, que eso sí que parece que se te da bien; espero y deseo que algún día madures, o serás una desgraciada toda la vida, es algo que ya he visto ocurrir antes.

Antes de cerrar, dos declaraciones:

-Aunque ya lo he dicho, no tengo absolutamente nada en contra de los LGBT, ni siquiera en contra de la gente polarizada y/o sin personalidad. Doy por hecho que son una mayoría abrumadora, y que hay que convivir con ellos. Es responsabilidad de todos (también de ellos) el dar educación, y hacerles ver que hay algo más que unos cuantos miles de aliados y un porrón de millones de enemigos a su alrededor. Como me gusta decir, todos somos y dejamos de ser ciudadanos mediocres de manera intermitente.

-A la parte más oscura del colectivo LGBT, es decir, los hembristas radicales; sí, esos que no saben que son ellos, pero que curiosamente se darían por aludidos y se ofenderían si leyeran estas palabras... con todo mi cariño: ¡DESPERTAD! ¡OS ESTÁN HACIENDO TRABAJAR GRATIS PARA GANAR DINERO Y CREAR AGENDA POLÍTICA! ¡CADA DÍA QUE PASÁIS ASÍ, ODIÁIS MÁS AL MUNDO, Y EL MUNDO OS ODIA MÁS! ¡CREÁIS Y PERPETUÁIS EL PROBLEMA QUE DECÍS QUERER ERRADICAR!

jueves, 16 de abril de 2020

Tontunadas: 26

Sip, van dos de tontunadas seguidas. Es lo que tiene la cuarentena, se me acumulan más memes.


















lunes, 6 de abril de 2020

Momentario lapso de indignación


Antes de comenzar... minipunto a quien pille la referencia de la imagen pixelada de arriba.

Recuerdo haber tenido una conversación con una antigua profesora mía allá por 2014, o sea, que hace ya sus añitos. En dicha conversación, dado que ella era mi tutora del TFM, recuerdo que hablamos sobre imprecisiones del lenguaje, y de cómo solucionarlas usando la RAE. En tan señalado momento como aquel, le dije que la RAE sin dudas era una herramienta muy útil, pero que no se la debía tomar al pie de la letra, ya que había algunas palabras totalmente legítimas que no estaban aceptadas, como el caso de la palabra "teletransporte". ¿Su respuesta? Que tal palabra quizás no estuviese aceptada por uno de dos motivos: o porque no existía en la realidad aún, o porque era una palabra compuesta de un prefijo ("tele-"), y una palabra ("transporte").

Hoy, muchos años después, me ha dado por recordar aquella conversación, y me ha dado por buscar de nuevo la susodicha palabra. ¡Cuál ha sido mi sorpresa al encontrar esto!


Dicho de otra manera: la RAE nos anima educadamente a no tangarnos durante estos señalados días de cuarentena, clausura, o teletrabajo, pues deja una definición correcta e irrebatible.

Pero no para teletransporte.

No... el teletransporte no existe.

...Ya... porque esa es la causa de que no esté en la RAE...


...En fin... me voy a zurrir mierdas con un látigo.

viernes, 3 de abril de 2020

RdL: Saga de Geralt de Rivia



Con lo de moda que está The Witcher con todo el rollo de la serie, y coincidiendo con que ayer me terminé de leer esta saga de libros (la saga en sí, aún me falta Estación de Tormentas), se me antoja hacer una reseña de esta saga. Tenía planes de hacerla más larga y a fondo... pero ha sido tal mi desilusión, que no lo merece, lo hago para soltar mi frustración.

Cabe destacar que esta publicación va dirigida estrictamente a la Saga de Geralt de Rivia, que son los libros 3-7, ya que los dos primeros libros (El último deseo, y La espada del destino) sí son excelentes. En esta ocasión voy a sustituir la sinopsis (que no le veo mucho sentido, pues son 5 libros bastante espesos) por un comentario personal.

De artistas está lleno el mundo. Para gustos, culos y colores. En lo personal, y a falta de saber si la escritura de Andrzej Sapkowski es tan visceral e inmersiva como la del traductor de los libros españoles (quien cuenta con mis dieses), diré que sin lugar a dudas este tío es un artista con alma de artista. Ha plasmado en sus libros lo que le ha salido de la punta del cipote, de la manera que le ha salido de la punta del cipote. Y eso, amigos míos, no diré si es bueno o si es malo. Diré que es... como le ha salido a él de la punta del cipote. Se supone que la profesión del artista es la de plasmar sus sentimientos por medio del arte que él elija, y por ello, este tío tiene para mí un 10 en su profesión. ¿Su obra? Le doy un 4/10, porque en conjunto es INFUMABLE, aunque sé reconocer que tiene sus cosas buenas. En fin... tras habérmelos terminado y tras buscar reseñas y explicaciones del final, como decía, para gustos culos y colores, porque he visto muchísimos comentarios de gente diciendo que es "la mejor obra de fantasía de la historia". Un servidor opina que... un carajo para ellos.

Y como he invertido muchísimas horas en estos libros hasta el punto de cabrearme por no obtener satisfacción por ellos, esta vez voy a hacerlo al revés: empezaré por lo mejor, y acabaré por lo peor, que lo que se dice al final es lo que mejor se queda.

LO MEJOR:

-Los personajes, y sus relaciones: con la excepción de la logia de hechiceras, que sobran todas menos Triss y Yennefer, la gran mayoría de personajes son buenísimos y están muy bien desarrollados. Se le coge cariño a los que toca cogérselo, se odia a los que toca odiar.
-Originalidad: se supone que gran parte de la obra de este señor está basada en cosas de aquí y de allá, lo cual no es original. Sin embargo, y a diferencia de otras muchas obras de fantasía, no cae en el recurso fácil de poner todo lo típico. Aunque haya enanos, elfos y dragones, tan solo los enanos me han recordado a lo que estaba acostumbrado. En general, es una cosmología muy original e interesante.
-La inmersión: desconozco si esto es obra del autor o del traductor español, pero los diálogos son increíblemente buenos. La gente baja (que en el medievo eran casi todos) habla como gentuza, con errores gramaticales y demás. Los golpes de humor son espectaculares, y las aportaciones de cada uno de los personajes están donde deben estar. También aportaré aquí que se nota que el escritor debe estar bastante perturbado porque... joder, la cantidad de putadas que le ocurren a Ciri solo pueden estar en la imaginación de un demente.
-Esta saga dio pie a los videojuegos. Entre dichos videojuegos, está The Witcher 3.
-Jaskier.

LO PEOR:

-Infumabilidad crónica: a partir de cierto punto de la novela, observas cómo el autor intenta explicarte todo el mundo que ha creado. Esto estaría bien si se tratase de un juego de rol y te lo espaciara a lo largo de horas, días, y meses de metraje/lectura pero... ¿5 libros? Cuando te quieres dar cuenta, el 60% de lo que lees es paja, gente o relatos hablando sobre guerras que no le importan al lector. 60%, no exagero. A pesar de que lo he resumido en un solo punto, quiero repetirlo: 60% de los libros (en torno a 800 páginas) es pura paja. Eso es mucho tiempo perdido, y mucha basura, suficiente como para eclipsar POR SÍ SOLO todo lo bueno que he dicho más arriba.
-Los "momentos artísticos": hay partes en las que el escritor se viene arriba y se pone creativo. Igual un gran amante de la escritura y la poesía es capaz de disfrutarlo... yo no. Esas parte, que son unas cuantas, se me hicieron horrorosas de seguir, pues no me quedaba claro qué era metáfora y qué no. Hay muchas páginas en las que sencillamente no entendía qué estaba ocurriendo.
-Relleno y paja: oh, sí, aquí vengo otra vez. Más allá de las interminables conversaciones entre campesinos que hablan sobre la guerra, hay muchísimas escenas que guardan relación con ella, y dado que no tienen ninguna clase de relevancia para la saga, acaba siendo también relleno y paja. Hay personajes interesantísimos, como Dijkstra y Esterad Thyssen. Cuando descubres al final de la saga que muchas de las cosas que has leído e incluso disfrutado no han servido para nada más que el disfrute momentáneo, pues añade a la pérdida de tiempo.
-Yennefer: tengo que reconocer que tiene sus momentos (que, por no spoilear, no mencionaré). ¿El resto del tiempo? Una persona tóxica, irascible, intratable, odiosa y maligna. Es algo así como la caricatura exacerbada de la mujer fuerte que tratan de vendernos los tiempos modernos.
-¿He dicho ya que hay mucho relleno y paja? Pues mentía. Hay todavía más.