Hace ya muchos meses, cuando estaba a la mitad de la que será mi primera novela, alguien se propuso hacer de crítico. No lo consiguió, claro, pero sí que se leyó el prólogo y lo analizó en cierta profundidad dándome unos cuantos consejos útiles... y otros que no los consideré tanto; no lo digo a malas, veréis, es lo más normal del mundo no estar al 100% de acuerdo con alguien, pero el caso es que uno de esos consejos desechados me llamó particularmente la atención. Básicamente, me dijo que si todos los pequeñitos detallitos y nombres que aparecían en las descripciones del susodicho prólogo acabarían siendo relevantes en algún momento de la novela. Yo le contesté que así así, que muchos de ellos sí, pero que otros muchos probablemente estaban ahí solo para enriquecer. En aquel momento, mi "crítico" me dijo que me recomendaba eliminar los irrelevantes de un plumazo, porque lo irrelevante acaba convirtiéndose en una carga inútil a la hora de una trama mínimamente enrevesada... y ahí es a donde voy.
En el arte, al igual que en casi cualquier clase de disciplina no artística, ¿son importantes los "detalles irrelevantes"? Se podrían dar casi tantas respuestas a esa pregunta como cabezas pensantes hay por ahí, pero yo tengo muy clara la mía: un sí como un camión de gordo. Igual en una escuela de negocios o en una facultad de publicidad y marketing te sacan algún estudio en el que te dicen que es cierto lo que decía mi "crítico", y que los detalles irrelevantes acaban siendo un simple lastre que no aporta beneficios a largo plazo, pero me sorprendería. Imaginad que estáis jugando a un videojuego de los de hace 15 años (joder, qué viejo estoy...), un típico RPG de historia larga al más puro estilo Final Fantasy (no hablo de uno de ellos necesariamente, ojo) en el que hay una trama interesante, unos personajes muy bien desarrollados, montones de monstruos y un millar de armas, magias, etc., pero resulta que ha sido desarrollado de una manera muy pragmática, muy optimizado para todo, y escasea en detalles y tonterías que "distraigan" de la trama principal. El juego tiene para echarle 30 horas... y ahí se acaba. Te ha gustado; te ha molado; te ha entusiasmado... y sin embargo, te ha dejado con ganas de más. Al cabo de unos años resulta que te da por curiosear aquellos juegos que dejaste atrás, o que te cogieron muy chico como para poder jugarlos, de modo que te pillas el emulador de la Snes y descubres una joyita de tiempos ancestrales. Tu nuevo juego no mola tanto a nivel técnico, claro, pues por lo pronto no es ni 3D. El sistema de juego es tosco, los diálogos están mal traducidos (si es que tienes una versión traducida), y el protagonista resulta que ni siquiera habla (vamos, que es literalmente mudo). En cada esquinita del mapeado te encuentras una pequeña tontería, como un pájaro con el que si interaccionas te grita en la cara, un crío que se ríe de ti, una caseta en un carnaval en la que hay unos tíos disfrazados de trogloditas, bailando, y con los que puedes bailar si hablas con ellos. A mitad del juego, en una pantalla totalmente al azar, y mientras te peleas con unos bandidos, resulta que aparece uno desde un lugar al que no puedes llegar, te tira una piedra desde lejos, se ríe en tu cara y sale corriendo (nunca jamás vuelves a verlo). Y así... podría tirarme como una hora escribiendo, pero ni tengo ganas ni me acuerdo de la ingente cantidad de detallitos que había. ¿Alguno de vosotros me sigue? Pues sí, estoy hablando de nada más y nada menos que de Chrono Trigger, una de las grandes joyas del RPG de la época. ¿Lo más gracioso? Ni la trama, ni la duración, ni el sistema de Chrono Trigger eran realmente memorables... molones, sí, y muy innovadores con el tema de los saltos en el tiempo, pero es uno de estos juegos que, si no fuera por todos esos detallitos que le dan tantísimo carisma a todo el ruedo que tiene, se diría que ha envejecido muy mal.
Habiendo dejado más o menos clara la idea, tan solo añadiré un detalle: pensad en los memes, en el día a día, en los detalles frikis que encontráis en los videojuegos y las pelis (los "easter eggs", vaya), en lo diferente que es una línea de chat con un emoticono o sin él... Igual soy un romántico (ok no), pero yo creo que los detallitos irrelevantes tienen su importancia, oiga.
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