domingo, 18 de agosto de 2019

Día del orgullo LGTBIQ+34...



Vamos con un tema sensible, y como me gusta hacer, empezaré haciendo unas aclaraciones que quisiera que perduren sobre todo lo demás: 1) no tengo absolutamente nada contra la gente del colectivo LGTBetc, les deseo lo mejor a la hora de conseguir la total integración en la sociedad, y cuentan con todo mi apoyo; 2) la inmensa mayoría de lo que voy a escribir aquí va pensado hacia países desarrollados a nivel social, tales como la mitad de la Unión Europea; 3) escribo "LGTBetc" porque esto avanza tan rápido que ya ni siquiera sé cuántas letras tiene el nombre oficial, y me resulta hasta cómica la cantidad de letritas que le han ido añadiendo, no lo hago de manera peyorativa, aunque confieso que sí un poco jocosa.

Bien, vamos con la chicha. Me considero una persona que acepta el cambio bastante bien. Es decir, los cambios no suelen gustarme, pero llega un momento en el que una persona se acostumbra y aprende a aceptarlos aunque no gusten. En base a esto, también soy de los que piensan que las cosas no se deben forzar, ya que forzar implica riesgos que en muchos casos pueden acabar mal. ¿Quieres ganar músculo? Haz pesas, no te dopes. ¿Tienes treinta tareas pendientes? Ve una por una hasta acabar, no intentes abarcar trece para que acabes haciendo la mitad, y mal. ¿Por qué digo esto? Simplemente porque quiero dejar constancia de que las cosas deben seguir su curso natural salvo causa de fuerza mayor, aunque a veces escueza. Cuando yo era chico, si te pillaban en el patio del colegio diciendo frikadas, te caían collejas en el menos malo de los casos, y ahora resulta que está hasta de moda ponerle de nombre a las niñas "Khaleesi". En un tiempo no muy lejano (y todavía ocurre), y en según qué lugares, por ser homosexual te podían multar o hasta fusilar, y ahora, en lo que respecta a nivel social, la homosexualidad no está mal vista en la mayor parte del mundo civilizado. Por supuesto que se dan todavía casos de abusos, palizas y cosas peores, pero todo sabemos que la delincuencia es imposible de erradicar hasta el último caso. ¿Que tienen que seguir mejorando las cosas? No me cabe la menor duda. ¿Que vamos en mal camino? No, pero todo cambio social requiere tiempo.

Ahora voy con el punto del que quería hablar desde que empecé a escribir. Se oye mucho eso de "si hay un día del orgullo gay, ¿por qué no un día del orgullo hetero?". Voy a obviar lo del orgullo hetero porque me parece una soplapollez, pero voy a hablar un poco sobre lo que opino del día del orgullo gay (lo llamaré orgullo gay porque me resulta más fácil, pero me refiero al orgullo LGTBetc). No tengo nada en contra de dicho día ni de lo que representa; me alegro de que exista porque por desgracia hace falta todavía (y recalco ese todavía); pero... considero que hay matices. El día del orgullo gay debería existir como una reivindicación, una manera de decir a los cuatro vientos "soy gay, la sociedad me apoya, y los que no estéis de acuerdo acabaréis siendo unos delincuentes o unos marginados por ello". Hasta aquí bien, ¿no? El problema va, como siempre, cuando la cosa se lleva demasiado lejos. No, no voy a hablar de que haya gente que sea "demasiado gay" y cause mal ejemplo a los niños, tranquilos. A lo que me vengo a referir es al caso de que, de igual manera que no hay un día del orgullo hetero porque no resulta necesario, la gente debería comprender que el colectivo LGTBetc no estará totalmente aceptada en la sociedad hasta que el día del orgullo gay deje de existir. Yo creo que tiene lógica, ¿no? Si haces algo por reivindicar una cosa, el día que no sea necesaria esa reivindicación, dejará de hacer falta el hacer ese algo. Por poético que suene, el día del orgullo gay busca conseguir su propia extinción algún día, ya que el día que no haya ni un gay marginado POR EL HECHO DE SERLO, no hará falta que grite la frase que dije unas líneas más arriba. Llegará un momento (quiero creer que más cercano de lo que pensamos) en el que ver por la calle a dos hombres rozando barbas, o a una mujer con cara masculina y un bulto en la entrepierna será algo totalmente normal, y ese día no hará falta que se siga celebrando el día del orgullo gay. Ah, y antes de pasar al siguiente párrafo, dejo caer una idea suelta: el día del orgullo gay también seguirá siendo necesario, o al menos útil, mientras en algún país del mundo siga habiendo homofobia. No olvidemos que cada día estamos más globalizados, y eso implica que si un país avanzado comparte frontera con otro que no lo está tanto, sus festejos y costumbres sirven para hacer mella de alguna manera en sus vecinos, ya que la cultura se exporta muy rápido (y no me refiero solo a fronteras físicas).

Pero como dije antes, el problema surge cuando se llevan las cosas demasiado lejos. ¿A qué me refiero? A la divinización, que es algo que puede ocurrir con casi todo concepto social, como el movimiento pro-vida, el animalismo, y tantas y tantas cosas. No es lo mismo aceptar a un colectivo dentro de otro, que convertirlo en "algo especial que debe ser respetado". Lo que se pretende con el día del orgullo gay es INTEGRAR a esas personas en la sociedad para que sean vistas como normales, no tratar de crear un autobús especial con arco iris en el que ellos puedan ser diferentes y no se los toque por ello, pues eso implica que ellos sean distintos, y mientras sean distintos, no estarán correctamente integrados. Lo que se pretende es que los padres no necesiten explicarle a un hijo que "a un gay le gustan los hombres y a una lesbiana las mujeres", sino que "a cada persona le gusta una cosa distinta por su biología, y en base a eso, la sociedad crea una nomenclatura que sirve solo de accesorio".

Y bueno, como me estoy enrollando y no sé muy bien cómo terminar esta publicación, lo voy a dejar aquí. Resumen: LGTBetc, sí; respeto, sí; integración y normalización, sí; autobuses especiales, no.

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