martes, 26 de febrero de 2019

Una revelación.




Y en un día como hoy, de ninguna parte, me doy cuenta de algo: "a Willy Willy Wón, bocadillo de jamón", en realidad es "yo', tell me what you want, what you really really want".

Llevo engañado toda la vida.

lunes, 25 de febrero de 2019

"Si les gustó, denle sinco estrellas".




Antes de empezar con el meollo, quisiera especificar que esto no es una pataleta. No es un reproche, no lo escribo a malas, ni busco meterle el dedo en el ojo a nadie, se trata de una publicación puramente informativa.

El otro día tuve una corta conversación con una colega que en algunas cosas me recuerda a mí. Por no enrollarme, le gusta escribir, tiene un blog con más bien pocas visitas, y se equivocó de profesión. El caso es... que publicó una cosa en su blog, lo compartí, me dio las gracias, y le dije que no costaba nada, que casi siempre comparto las cosas producidas por gente que conozco. Y ella me dijo... que solo compartiera su contenido si de verdad me había gustado, que no le gusta tener visitas por tenerlas. Y bueno, claro está que cada cual tiene derecho a tener su punto de vista, pero aquí voy a explicar por qué hice lo que hice, y por qué me gustaría que más gente cercana a nosotros lo hiciera también.


Depende de la plataforma, pero pondré el ejemplo de Youtube. En Youtube existen dos maneras de valorar el contenido visualizado: las propias visualizaciones, y los "likes". Hay mucha gente que se limita a ver los vídeos y no "pierde" el tiempo en darle a like, porque bien es sabido por muchos que lo que da dinero a los youtubers son las visualizaciones y los anuncios pero... ¿os habéis parado a pensar en para qué sirven entonces los "likes"? Para motivar, dirán algunos, y no les falta razón, pues cuando eres un creador de contenido (y lo digo aquí con la boca pequeña), la motivación es algo fundamental. Pero en el caso de Youtube hay algo más: resulta que los "likes" sirven para posicionar mejor los vídeos en una búsqueda; en otras palabras, si buscas "gato", el primer vídeo que aparezca será el que más relación guarde con la búsqueda, pero en caso de haber más de uno (y con "gato" saldrían millones...), el primero que saldrá será aquel de entre ellos que más "likes" tenga. Cada motor de búsqueda tiene sus propias triquiñuelas, pero al final todos estos métodos sirven para lo mismo: conseguir visibilidad, que es lo que desea un creador de contenido al fin y al cabo, que su obra sea conocida.

Voy un paso más allá, poniendo otro ejemplo que vi bastante de cerca. Hace unos meses estuve en un grupo de Facebook de escritores noveles, y eran muchos los que espameaban aquello de "por favor, hagan una crítica si leen mi obra, y denle cinco estrellas". Las primeras veces que lo leí, pensé: "tío, vaya cara más dura... ¿y si resulta que me gusta, pero no me vuelve loco? ¿Y si quiero darte cuatro porque es una buena obra, pero no una obra maestra?". Pero la respuesta me llegó rápido: se trata de lo mismo de antes, obtener visibilidad sobre una enorme competencia. Cuando haces una búsqueda basada en un sistema de estrellas, aunque puede depender de los filtros que haya, lo normal es que aparezca arriba del todo el que está mejor puntuado. Así pues... puede ser que alguien tenga un libro de mierda, pero si resulta que tiene muy buenos amigos (y muchos), y se dedican todos a darle cinco estrellas, su libro aparecerá el primero en todas las búsquedas que guarden relación, lo que le dará visibilidad y, en definitiva, éxito y ventas. Esto, en mi opinión, es absolutamente injusto y horrible, ya que así no gana siempre quien tiene el mejor producto, sino quien está mejor relacionado. No obstante... decidme cuántos sectores hay que no funcionen exactamente así.

Y como no quiero escribir mucho más sobre este tema, voy con el caso que nos atañe, el del blog de arriba. Tengo comprobado de primera mano que en el caso de los blogs (o, al menos, en el mío), cada "compartir" es un chorreón de visualizaciones. O sea, no os hacéis una idea de cuánto xD. En mi caso concreto, la publicación con más visitas hasta la fecha es aquella que hice sobre la homeopatía, y no es ninguna sorpresa que sea una de las pocas que ha sido difundida por 4 ó 5 personas, además de que generó un poco de debate (en Facebook, claro, porque sois unos rancios y nunca comentáis por aquí). Todo bicho viviente a día de hoy tiene acceso a redes sociales y a un mínimo de 50-100 contactos (cuando no son 500, 1000, o 5000), por lo que cada compartir es una puerta a crear un efecto bola de nieve, que al final es lo que se busca. Los likes molan y son amor, pero no dan tanta potencia a la difusión de una publicación como la da un compartir, ni de lejos. Y... bueno, es por eso por lo que siempre que alguien allegado a mí comparte algo, procuro hacer lo posible por darle visibilidad, y por lo que me gustaría que la gente que nos rodeamos hiciéramos lo mismo.

Y a pesar de todo esto, repito lo que dije en las primeras líneas: esto no es una pataleta; esto no es un "comparte mi blog, cabronazo"; esto no es un "qué perro eres, que ni a compartir le das", ni un "son solo 2 segundos de tu vida, PRRO". Pero bueno, al final esto es la jungla de internet, en el s.XXI, era de la información y de los ofendiditos, así que si alguien se pica, que ajos coma.


P.D. Por si a alguien le pica la curiosidad, el blog de mi colega es "La Mujer de Napalm". Os lo enlazo:

http://napalmwoman.blogspot.com/

viernes, 22 de febrero de 2019

Un rosado éxtasis.




El fin del trabajo, el calor, la juventud… todos lo llevaron al mismo lugar, al tan esperado momento, y en tan deseada compañía. «Te he añorado durante tanto tiempo…», pensó, pues las palabras sobraban. Tomándola con ternura, la situó entre sus piernas. Sus manos, curtidas por tantas horas de sol y dura labor se cerraron en torno a sus curvas, que se amoldaron a él como si el destino mismo reclamase la unión de ambos. Él: fogoso, fuerte y hambriento; ella: pequeña, tierna y húmeda. Lo que ella no sabía: cuán indefensa estaba, y que sería solo la primera de muchas en aquel verano. Lo que él sí sabía: que haría todo lo que estuviera en su mano porque la experiencia fuese inolvidable, pues la primera siempre era la mejor.

Sabía muy bien cómo empezaría el encuentro, y cómo acabaría, por lo que se puso manos a la obra. La despojó de sus tan impertinentes envolturas sin rudeza, pero con decisión, y llevó toda la frescura de ella hasta sus labios. La olisqueó como cualquier animal haría para seleccionar una pieza de su dieta, y empezó a atacarla con todo su arsenal: inocentes lamidas, juguetones mordisquitos, hasta las caricias de su vello facial eran bien recibidas. El calor del momento hizo que la cara de él acabase totalmente perdida y decorada con los dulces exudados de ella, pero a él eso no le molestaba, todo lo contrario. Su irresistible sabor y el intenso frenesí del que no deseaba salir hicieron que perdiera la noción del tiempo mientras disfrutaba de aquel pedacito de ambrosía. Continuó dándolo todo y gozando pero… todo lo bueno tiene un final. Él acabó saciado y con ganas de echarse a dormir, pensando perezosamente en cómo sería la de mañana. Ella sin embargo, quedó vacía, arrancada de todo rubor, inmóvil e impotente.

–Hasta la próxima –le susurró mientras se estiraba, dejando a un lado la cáscara de su primera sandía.

sábado, 16 de febrero de 2019

Caso práctico de deriva genética.



Al final de esta publicación os pondré un vídeo de un canal que sigo desde hace ya algo más de un año, y aunque el canal tiene sus faltitas, lo que más me gusta es que el tío sabe de lo que habla (o al menos, eso parece). No vengo a hablaros de fitness, sino de un concepto no muy conocido y que considero bastante importante en los tiempos que corren: lo que yo llamo "deriva genética".

¿Por qué digo lo de que yo lo llamo así? Bueno, pues básicamente porque me ha dado por buscar deriva genética en google y tiene pinta de que es un concepto con su propia ciencia, y que muy probablemente no coincida al 100% con lo que yo voy a describir aquí, pues la genética de poblaciones es un campo complejísimo que se basa sobre todo en números. ¿A qué llamo yo "deriva genética"? Lo explico: hace mil años, los negros de África y los blancos de Europa eran bastante distintos a como son ahora. Es decir, todavía se pueden encontrar pequeñas poblaciones en las que el tronco evolutivo se ha mantenido bastante "puro", pero lo más habitual es encontrar muchísimas mezclas, y a muchísimas escalas, desde el típico que ha nacido de un negro tizón y una blanca-teta-monja, hasta el que resulta que tuvo de bisabuelo a un mulato. Pero claro, esto no se queda solo en blanco y en negro... ¿sabéis de ese amigo que aguanta todos los cubatas que le echen? ¿o ese otro que por mucho que corra, nunca se cansa? ¿o esa amiga que aunque está delgadísima tiene unas tetas enormes y sin operar? Está claro que no es todo genética... a lo mejor el que aguanta muy bien los cubatas es porque se va de marcha cada pocos días y tiene el hígado entrenadísimo, y el que nunca se cansa, porque hace deporte. Pero... no siempre es así. Hay personas que, a base de pasar generaciones y generaciones, resulta que vienen de troncos familiares que han desarrollado determinadas mutaciones. Quizás sea una mayor resistencia al alcohol, o a los resfriados. Quizás sea algo más discreto, como que por mucho sol que tomen en la playa, no se ponen morenos. O quizás sea algo imposible de ver y que jamás descubran, como que tengan determinados receptores en sus células que les otorgan una capacidad única para respirar mejor a 5000 m de altura. El caso es que las mutaciones existen, y aunque suelen distar mucho del gen X que se ve en los cómics de Marvel, pueden llegar a ser la mar de curiosas.

Bien... dejando claro ese detalle, voy al meollo de lo que quiero contar. Hace varios miles de años, la especie humana vivía en un entorno salvaje, al igual que lo hacen muchos seres vivos a día de hoy. Eso implicaba que estaban sometidos al yugo de la selección natural, y aunque a día de hoy todavía existe algo de selección algo más artificial (ser guapo, estar cachas, tener mucha labia...), lo más habitual es que la mayoría de la gente llegue, al menos, a una edad compatible con tener hijos, y con perpetuar su línea genética. ¿Qué significa esto? Pues que la especie humana está muchísimo menos "estandarizada" a nivel genético que otras muchas especies. No tengo pruebas reales de esto que voy a decir, pero estoy casi completamente seguro de que debe haber muchas personas a las que los medicamentos más habituales que se venden en farmacia no les hacen nada (o les hacen poco), otras muchas a las que las reglas habituales de la nutrición no les afectan de igual manera que a la mayoría, y otras que quizás no aprovechen el ejercicio físico de la misma manera que algún que otro vecino. Acercándome un poco más al tema del vídeo, ¿os habéis parado a pensar alguna vez en cómo funciona un músculo? No deja de ser, por así decir, un muelle con capacidad de contracción propia. ¿Qué pasa si un muelle está perfectamente colocado y alineado en su posición? Pues que ejerce su función de una manera óptima. Pero... ¿y si resulta que ese muelle se ha colocado mal, digamos, un par de centímetros inclinado hacia la derecha? Seguramente seguirá haciendo la misma función, pero ya no será "tan óptimo", ¿verdad? Chirriará, se contraerá con más dificultad, se desgastará más... Desde ya os digo que el desarrollo de los músculos no está estandarizado al 100%. Recuerdo perfectamente, cuando estudié anatomía canina, que cada músculo tenía su lugar de origen y su lugar de inserción. ¡Cuál fue mi sorpresa al ver que en libros de anatomía del mismo profesor, pero de cursos posteriores, resultaba que cambiaban algunos orígenes e inserciones! ¿Cómo podía ser eso? Básicamente, porque el origen y la inserción de un músculo no es constante en toda una especie, y la descripción de estos detalles se basa en tasas, es decir, en cuál es el punto en el que MÁS VECES tiende a originarse y a insertarse, dentro de esa especie. Ahora... imaginaos eso mismo, pero para los cientos, miles, y millones de variables que tiene el cuerpo, humano en este caso: desde el origen y la inserción de un músculo, hasta el cómo de bien está inervado, pasando por el riego que recibe (que puede variar también por mil causas), así como la capacidad de alerta, la cantidad de líquido sinovial que general las articulaciones, el grosor de la piel...

No me enrollo más. Dejando claro lo que es la "deriva genética de Federico", os dejo con este vídeo, pues me ha parecido muy representativo. A modo de resumen, no toda rutina de ejercicios es igual de buena para todas las personas, sino que se deben usar de molde para después individualizarlas. Mi consejo: tened en cuenta estos detalles para cada vez que veis un estudio, o para cada vez que el médico (o cualquier profesional) os dé un consejo relacionado con vuestro cuerpo. Los estudios se basan en tasas, mientras que todos nosotros somos individuos con infinidad de peculiaridades.


miércoles, 13 de febrero de 2019

¿A cualquiera le puede pasar?


>>Vuelvo del curro. Día de hacer horas extra de tarde.
>>Las 18:00, me veo bajando con el coche por la calle de mi casa, que es muy empinada y cuesta abajo.
>>Delante de mí, un coche que va muy despacio... nada raro.
>>Pone las luces de emergencia: o se ha equivocado, o va a hacer una parada corta.
>>Del asiento trasero sale un crío con un uniforme de taekwondo y un cinturón amarillo.
>>Enfrente de mi casa hay un gimnasio donde lo enseñan.
>>...Todo cobra sentido.
>>Y de pronto...
>>La madre abre la puerta, saca un pie... el coche empieza a bajar solo.
>>"¡El freno de mano, señora, el freno de mano!".
>>No me oye, obvio.
>>Su coche se tuerce un poco.
>>Los reflejos de la señora no fallan esta vez. Pone el freno de mano justo antes de comerse el bordillo.
>>Espero con paciencia.
>>Se despide de su niño, sigue su camino calle abajo.
>>Me descojono vivo.
>>Voy al garaje, sigo con mi vida.

viernes, 8 de febrero de 2019

Crítica de La Llegada (Arrival, 2016)


Tengo por ahí un .txt con todas las series, pelis y videojuegos que tengo pendientes (que son un huevo), y la semana pasada me dio por aligerar un poco la lista. No sé ni siquiera de dónde salió, pero parece ser que en algún momento del pasado apunté la peli Arrival, de Amy Adams y Jeremy Renner. Al ver la sinopsis y el cartel imaginé que sería una peli de acción (no me paré a mirar el género), pero a medida que la fui viendo me llevé una grata sorpresa. Lo cierto es que es difícil dar una crítica de una peli de puro suspense sin meterse en spoilers, de modo que me limitaré a dar unas pinceladas aquí y allá.
No es una peli sobresaliente, no, pero la cosa es que engancha. Como he dicho es de suspense, y aunque tira de ese recurso tan sobreexplotado en este siglo de hacer creer al espectador que es medio tonto a base de recortar información necesaria, la verdad es que la van inyectando a un ritmo bastante correcto para mi gusto. Desde el primer momento en el que aparecen los extraterrestres te crecen las ganas de verles el cuerpo entero, y a medida que se va desgranando la trama, pues oye, que gusta. La realización técnica es la adecuada: ni más, ni menos. Los efectos especiales molan, pero se mantienen sobrios y creíbles, y aunque el fundamento de la trama se coge con pinzas, hay que reconocer que es cuanto menos original. Para mi gusto es una peli que alcanza un nivel bastante potente sin ser extremadamente ambiciosa, como me gusta a mí la mayoría de los productos cinematográficos. Y como no me quiero enrollar demasiado porque creo que es mejor recomendarla y que la veáis (si os da la gana), paso al pros y contras.

LO PEOR

-El fundamento de la peli... eso de basar toda la idea en una teoría que de por sí es poco sólida (lo de que si hablas un idioma puede que empieces a pensar como los hablantes nativos del mismo), es cuanto menos cutre. Como dije antes, cogido con pinzas.

-Lo reducida que es. Sé que es parte fundamental, pero eso de que casi toda la película transcurra entre unos pocos escenarios le resta algo de riqueza.

LO MEJOR

-Lo original que resulta. Nada puedo decir aquí sin tirar spoilers a la cara... dejémoslo en que me gustan las películas tipo "mindfuck".

-Engancha, es interesante. A pesar de que tiene un ritmo lento, el suspense está muy bien construido, y no se hace pesada.

Por concluir, mi Fedenota para Arrival es un poco modesto 7,5.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Ratitis infantosa crónica



Son cosas que pasan a veces; no demasiado a menudo... pero a veces. Resulta que juego al Clash Royale, y que estoy en un clan de gente bastante tranquila. Seremos como 15 o 20 personas que jugamos de manera más o menos casual (ningún járcor gaymer), a los que se nos suman aquellos que vienen y van hasta completar los 40-50 que solemos ser (vamos, los random de turno). El caso es que hace un día y unas horas entró uno de estos últimos, y después de haber participado en una colecta de guerra (UNA, y SOLAMENTE UNA), viene el día de guerra. Prefiero que lo veáis de primera mano, de modo que tan solo añadiré que la colecta de ayer fue una de las mejores que he visto en mi clan en meses. No es decir mucho, insisto en que no somos viciados en mi clan:




sábado, 2 de febrero de 2019

Hipótesis: el alma como un banco de datos.


«Siempre he creído en que casi todo individuo mínimamente respetable sufre una metamorfosis mental en algún momento de su vida, y si hay algo capaz de potenciar este proceso, si bien no siempre lo hace, es una estancia en la universidad. La base de toda ciencia es la exposición de una hipótesis, seguida de un procedimiento experimental que busca demostrar su veracidad o desmentirla… y fue precisamente durante mis estudios cuando se me ocurrió una extravagante hipótesis. ¿En qué creo yo? Aquí lo plasmo: creo en un dios, pero también soy científico. No creo, sin embargo, en Yahveh, Buda, ni Alá, pero sí en algunas de las demenciales e indemostrables teorías que algunos científicos de élite han elaborado con el paso de las décadas. Una de ellas, les sonará, es la del Big Bang: un colosal núcleo de energía y materia estalló en alguna parte, creando un universo en expansión –en el que nos encontramos– que, algún día, por la acción de la gravitación universal, pasará de dicha expansión a la retracción, reiniciando el ciclo por una gran implosión conocida por el Big Crunch, y volviendo así al estado primigenio. Así pues, ¿qué dios es compatible con esa teoría? Uno diferente, uno alejado de todas las presumidas ideas que el ser humano ha creado para dar sentido a su existencia y para priorizarla sobre los miles de millones de años que tienen la Tierra y el Universo. Aquello en lo que creo es una entidad que se limitó a fabricar ese núcleo con una finalidad que, para nosotros, intentar razonar, rozaría con el sentido que tiene para un anélido el pensar sobre la teoría de la evolución o la antimateria. No obstante, iré un paso más allá, pues para hipotetizar, el cielo es el límite.

Dicen por ahí –desconozco la fuente– que un científico describió una pérdida pequeña de masa en todo ser vivo, al morir, cuya causa se desconoce. Los más románticos y poetas proponen la loca teoría de que se trata del momento en el que el alma escapa al cuerpo… y también me gusta esa teoría. Pero ahora digo yo: ¿qué rayos sería el alma? Los más espirituales dicen que es aquello que encierra nuestra esencia, nuestra consciencia, y nuestra sintiencia, lo que pilota nuestro cuerpo, algo que algún día se reunirá con nuestros antepasados en un paraíso de tamaño infinito en el que caben todos los que se han portado bien. Yo, por desgracia, no puedo creer en esta idea, nuevamente, por presumida y antropocentrista, por lo que propongo una nueva idea, no tan bonita pero, en mi opinión, algo más creíble:

Se oye por ahí la siguiente expresión: “por mucho que hagas en esta vida, no harás que el planeta gire en sentido contrario”, frase muy pesimista, pero demasiado real. A menos que alguien acumulase tal poder como para inventar un tremebundo cachivache cósmico, la Tierra seguirá su camino, e incluso si lograse alterarlo, le quedaría todavía un enorme Universo sobre el que solo soñar con poder influir. ¿No tiene, pues, la vida individual, trascendencia alguna? Los más temerosos de dios pensarán que el sentido de la vida consiste en honrar la gloria y gracia del plan del todopoderoso; los más tradicionales, conseguir un trabajo, crear una familia, y morir con la satisfacción del deber cumplido; los más ambiciosos exaltarían su individualidad acumulando dinero y poder; los más pesimistas dicen, incluso, que a la vida se viene solo a sufrir… Veo un punto en común: el sentido de la vida no es otro que el que cada uno quiera darle. No puedo afirmarlo, pero me gusta decir que el sentido de la vida es el de alcanzar la felicidad como cada cual pueda… aunque esto no hará tampoco que la Tierra gire en el otro sentido. ¿Qué es, pues, la vida, en términos más terrenales? No deja de ser un periodo de tiempo en el que un individuo traslada una cierta cantidad de átomos de acá para allá incontables veces, desde que nace hasta que muere. No olvidemos que hasta la más intensa y significativa de las emociones no deja de ser una intrascendental reacción bioquímica dentro de unas cuantas neuronas.

Siguiendo la argumentación, ¿cómo unir estos puntos? Vuelvan a pensar en ese extraño dios del que antes les hablaba, y en esa alma que ha escapado a un cuerpo recién muerto. Para mí, esa alma no es –primeramente, al menos– una esencia que se reunirá con sus antepasados, sino una cosa muy distinta. Para mí, esa alma es un algo que se ha empapado durante las distintas experiencias del individuo al que pertenecía con todos los datos que ha podido recolectar. Para darles una imagen mental, plantéense estos datos como si fueran un titánico listado de coordenadas que han seguido las partículas subatómicas del individuo en cuestión. El alma, pues, no dejaría de ser un banco de datos extremadamente eficaz, mejor que el más potente de los discos duros, capaz de alojar una infinitud de información y conceptos en una pequeñísima cantidad de masa. El extraño dios del que hablábamos no sería más que un juez, un lector capaz de escrutar los detalles de esta alma y de extraer todos sus datos. ¿Para qué? Poco más lejos puedo ir, me temo, pero me atrevo a dar un último paso.

Como decía, este misterioso dios creó el alma como un sistema con el que extraer muchísima información desde millones y millones de entidades, desde el más inteligente de los humanos, hasta la más aburrida de las piedras, pero creó también un sistema de reciclaje muy eficaz. ¿Recuerdan lo que hablamos sobre el Big Bang? Si algo no gustase a este dios, practicaría, en términos de higiene, el mejor de los vaciados sanitarios, pues al cabo de muchísimos años el universo se comprimiría de nuevo haciendo borrón y cuenta nueva. ¿Para qué? …En mi humana limitación, siento decir que aquí me quedo. Lo sé, no es una perspectiva muy alentadora, pero ojo, ninguna de las ideas de esta hipótesis es incompatible con la existencia de un paraíso, ni con la de un dios benévolo con inescrutables planes. Un ser vivo no deja de ser una prisión temporal y ordenada de átomos y energía. ¿Y si al morir, desgarrando así los lazos de la narcisista individualidad de la que gozamos, pasamos a formar parte de una conciencia colectiva y cósmica en la que, efectivamente, nos reunimos con nuestros seres queridos, creando nuestro propio y trascendental paraíso? ¿Y si recobramos en ese momento unos recuerdos que perdimos en el momento de nuestra concepción? Eso, queridos lectores, y por descabellado y espiritual que suene, no deja de dar pie a una nueva hipótesis, y a más ciencia.»

Incrédulo, el muchacho levantó la mirada del papel.

–¿Y dice usted que esto lo escribió durante sus años mozos? –El conserje le devolvió una sonrisa.

–Así es –corroboró–. ¿Puedes recordarme para qué habías venido?

–El profe me mandó a por la caja de vectores de gravedad. –El señor de la ventanilla extinguió una carcajada.

–La grande, supongo –añadió entregándole una enorme y pesada caja–. ¡Bienvenido a la universidad, muchacho!