Pocas veces me veréis escribir algo como esto porque no es mi estilo, seré breve. Hoy he tenido un buen día, pues he hecho las paces con un trocito de mi pasado; era un trocito que no es que me impidiera dormir, pero lo tenía ahí, ahí, tañendo como una campana bien oxidada, jodida y pesada, que tan solo sonaba cada equis meses, muy de vez en cuando, pero sin falta. No me explayaré más: si tenéis la ocasión de hacer las paces con vuestro pasado, hacedlo, os sentiréis mejor.
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