martes, 3 de julio de 2018

Sobre índices de conversión y sostenibilidad ecológica

Hace tiempo que quiero hablar sobre un concepto que, pienso, es primordial conocer en los tiempos que corren. Es decir, comprendo que la gran mayoría de la gente no lo conozca, pues se trata de algo que empieza ya a irse por la rama de la nutrición, pero no creo que a nadie le haga ningún daño saber, al menos, lo que es un índice de conversión, sin meterse en grandes follones científicos. Como dicen que una imagen vale más que mil palabras (y suele ser verdad), me voy a apoyar en esta imagen, sacada de www.bienvenidoalclub.es (Google me llevó allí, vaya):



Atajando, ¿qué es lo que os quiere contar hoy el tío de las federicadas? En esta imagen podemos ver un número adherido a cada uno de entre cuatro animales-tipo: un pez, una ave, un cerdo, y una vaca. Como explica la cita de la propia imagen, el índice de conversión es la cantidad de alimento que debe ingerir un animal para que engorde un Kg. Por lo tanto, y aunque parezca contradictorio, cuanto más bajo sea, mejor. Un índice de conversión de 8 (el de la vaca) indica que el animal en cuestión debe tragarse 8 Kg de alimento para engordar 1 Kg, mientras que uno de 1,2 (el del pez), indica que el animal debe comer 1,2 Kg para engordar 1. La imagen es simplista, claro... no todas las vacas tienen siempre un índice de conversión de 8, ni todos los cerdos tienen siempre un índice de conversión de 3,5, pero son buenas aproximaciones. Hay muchísimos matices en torno a esto, infinidad de ellos, de hecho, tales como el alimento que se le dé al animal, la línea genética del mismo (raza, por ejemplo), las condiciones ambientales o, como se ve más arriba, por supuesto, la especie. ¿Quiere decir esto que los peces son mejores que los cerdos y las vacas? A la hora de engordarlos, y en condiciones normales, sí, pero claro, no vamos a ser tan simplistas. Dejando a un lado a los veganos/vegetarianos, a todos nos gustan un buen filetón de ternera y unas cuantas tiras de beicon, pero no por eso vamos a abandonarlos por un filete de salmón en el 100% de los casos. Lo suyo es ir alternando como se nos viene diciendo de toda la vida, manteniendo una dieta equilibrada en base a la típica pirámide de los alimentos (pirámide que, por cierto, recomiendo revisar de vez en cuando, pues la nutrición da pasos agigantados cada pocos años).

Con esto tan solo quiero dar una pincelada sobre un tema que personalmente me interesa mucho, que es el de la sostenibilidad ecológica. No es malo que existan las granjas de vacas o cerdos, el mundo es muy grande y tiene sus mecanismos de compensación (que los 7.5 mil millones de humanos que pisamos la tierra estamos sobrepasando poco a poco), pero debemos ser conscientes cada vez que comemos un filete de ternera de todo lo que lleva detrás, tanto a nivel de lo que se gasta para engordar a un animal en cuanto a recursos naturales, como económicos. De igual manera que yo siempre recomendaré comer pescado sobre carne (y no solo por el motivo que aquí atañe), también puedo decir que los insectos tienen índices de conversión incluso mejores que los de los peces, y no por eso os voy a recomendar que los metáis en vuestra dieta, pues no están muy estudiados (de momento). Como se suele decir, a todo hay quien gane. Al final es lo de siempre: pensar es gratis; no hacerlo, te puede salir caro.

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