jueves, 31 de enero de 2019

lunes, 28 de enero de 2019

Las vacunas, y los antivacunas.

[Imagen sacada de Ecopetrol]

Ya sabéis (y los que no, ahora os enteráis) que a veces me gusta hacer pequeñas contribuciones a lo que considero como conocimiento científico básico, sobre todo cuando se trata de cosas que conciernen a la salud pública. En base a esto, voy a hacer una publicación sencillita en torno al tema de las vacunas y los antivacunas, por si a alguien le queda alguna pequeña duda.

Primero una introducción. Una vacuna es un preparado farmacéutico consistente en "un algo" cuya finalidad es estimular al sistema inmune frente a un agente agresor externo. A veces se tratará de un virus o una bacteria atenuada (vivos pero "castrados", por así decir, con una capacidad de infección tremendamente reducida), otras veces, de uno muerto, y otras, sencillamente de algún componente en particular, como podría ser alguna proteína de membrana del patógeno en cuestión, capaz de darle al sistema inmunitario suficiente información como para defenderse de él sin necesidad de más. Dado que el sistema inmunitario es EXTREMADAMENTE complejo (incluso a día de hoy todavía quedan dudas sobre su funcionamiento completo), lo resumiré de la siguiente manera: se le da al sistema inmune un cartel de "SE BUSCA" con el que prepararse frente al patógeno en caso de encontrarse con él, para poder erradicarlo rápidamente si se lo cruza.

De momento parece sencillo... pero como casi todo, no es del todo así. ¿Por qué, entonces, surgen los antivacunas? El tema es que las vacunas suelen llevar un mínimo de dos componentes (en muchos casos, bastantes más), el preparado del que hablé arriba, y lo que llaman "excipientes". ¿Sabéis esas propagandas antivacunas sobre que determinadas vacunas llevan ácido sulfúrico, compuestos de mercurio o incluso, que lo he leído yo por ahí, trozos de fetos abortados? Bueno, no me voy a meter en lo de los fetos (LoL), pero digamos que aunque no deja de ser propaganda alarmista, algo de razón tienen. Resulta que para que el componente fundamental de la vacuna funcione, necesita de otros compuestos con la capacidad de potenciar el proceso que se busca conseguir (el estímulo de determinadas células inmunitarias). Y sí... en muchos casos estos excipientes son tóxicos, además de que el mismo preparado puede llegar a ser peligroso en caso de vacunas atenuadas, pero claro, se meten en el cuerpo en cantidades pequeñísimas, y es dificilísimo que lleguen a causar un daño real. Y aquí... es donde viene la madre del cordero.

Nos metemos ya en el mundo de las probabilidades. Nos guste o no, las vacunas tienen LA PROBABILIDAD de provocar un efecto nocivo en el sujeto vacunado. Os dejo aquí un enlace muy interesante de la Asociación Española de Pediatría en la que se describen muchos de estos efectos secundarios indeseables, con su tasa de aparición:

https://vacunasaep.org/profesionales/reacciones-adversas-de-las-vacunas

Para los que sean muy perros para darle al enlace y prefieran fiarse de mí, resumo: las reacciones más habituales (en torno a un 5-20% de posibilidades) de la mayor parte de las vacunas son relativamente inocuas (fiebres, irritabilidad, enrojecimiento y tumefacción de la zona, etc.), pero también existe la posibilidad de que pasen cosas raras... cosas REALMENTE raras. Por citar un par de ellas, se habla de una posibilidad entre un millón (¡¡UN MILLÓN, TÍO!!) de que la vacuna del sarampión le provoque un ataque anafiláctico a tu niño, y de una posibilidad entre 250.000-500.000 de que la vacuna oral de la polio le cause la mismísima polio al vacunado. Lo sé, en el papel es muy bonito ver esas posibilidades tan bajas, pero el día que te toca a ti ser la excepción que confirma la regla, te debe hacer una gracia loca... pero, ¿sabéis qué? Que hay que saber mirar la otra cara de la moneda.

Imagínate una enfermedad teórica y bien chunga que esté en plena campaña de erradicación. Y sí, la vacuna de esta enfermedad teórica también tiene la posibilidad de que a tu niño le dé de todo en uno de cada millón de veces. Pero... sigamos desglosándola. ¿Qué ocurre si tu niño no se vacuna? Quizás, gracias a ti y a otros padres antivacunas, tu niño coja esa enfermedad al ir al cole. En un período de incubación de varios días, resulta que tu niño se la contagia a otros 3. Y esos 3... a otros 3. Y esos 3... así durante unos meses, creo que se entiende la idea. De todos los contagiados, un buen puñado de ellos se mueren, y de los que se salvan, otros buenos puñados se quedan como portadores infecciosos durante varios días (por no hablar de los que se queden con posibles secuelas, como una preciosa parálisis de por vida al estilo de la polio). Así pues, por hacer caso a unos cuantos desinformados alarmistas, enhorabuena, has conseguido que una posibilidad entre un millón se convierta en... ¿cuántos niños suele haber por clase a día de hoy, 25? Pues la posibilidad entre un millón se ha convertido en un precioso 3/25 (12% aproximadamente), que además se seguirá propagando hasta que alguien consiga ponerle fin. ¡Ah! ¿Que no sabes cómo ponerle fin? Yo te lo diré: con una campaña de vacunación, muchísimo dinero, y muchísimos meses de esfuerzo.

TL;DR: casi todo en esta vida tiene riesgos asociados. Pisar la calle tiene el riesgo de que te caiga encima de la cabeza un rayo, un satélite, o un meteorito (¡yay! ¡y que sean 3 cosas hace que tenga el triple de posibilidades!), pero no por ello vas a dejar de salir a tomarte unas cañas, ¿verdad? Si vacunas a tu hijo estás incurriendo en una acción que tiene un riesgo asociado también, pero si no lo haces, te garantizo que las posibilidades de que ocurra algo igual o peor son SIGNIFICATIVAMENTE superiores, por no hablar del crimen ético contra la salud pública que estás cometiendo, que según el punto de vista, es casi peor.

[Un último comentario aislado: para los que le tienen miedo a que las vacunas causan autismo... voy a ser bueno y no me voy a reír. Me limitaré a decir que ese "riesgo" ni siquiera aparece en la AEP, y según vi en un vídeo hace unas semanas, se trata de un bulo que lanzó un farmacéutico hace unas décadas para lucrarse del alarmismo. Lo echaron del colegio de farmacéuticos y creo que lo metieron en la cárcel. Lo de siempre... hay que saber elegir las fuentes de información adecuadas, y las cadenas de Whatsapp no son precisamente algo fiable].

domingo, 20 de enero de 2019

420 Friendly.

El vídeo que pongo en esta publicación me parece de lo más interesante. En primer lugar, presenta unos argumentos bastante razonables para apoyar las cosas que dice. En segundo lugar, si miráis abajo a la derecha, casi todos esos argumentos están a su vez apoyados con publicaciones científicas, lo que lo hace más verosímil. Antes de dejaros con él, resalto el que considero el detalle más interesante: según se dice, hay mucha gente que sencillamente tiene una mayor propensión a convertirse en drogadicta. A veces será por motivos sociales, tipo traumas infantiles o estar pasando por situaciones difíciles, mientras que en otros casos puede ser una simple (y cruel) predisposición genética. 


Recuerdo una publicación de lo más interesante en la que ponían dos jaulas sociales de ratones, una con mucho enriquecimiento ambiental (juguetes y demás), y otra mucho más "sosa". Ambas jaulas tenían dos bebederos, uno con agua, y otro con una droga dura (creo que era agua con cocaína, pero a tanto no me llega la memoria). El caso es que al principio todos los ratones se ponían hasta arriba, pero cuando empezaban a percibir en sus organismos los efectos negativos de la droga, los de la jaula molona tenían una mayor posibilidad de abandonar su consumo, mientras que los de la jaula sosa seguían enganchados. Esto, decían, era comparable a lo que sufrían los veteranos de guerra al volver a sus hogares, pues se ponían hasta las cejas de droga mientras estaban en el frente, mientras que al volver a casa, los que tenían una familia y/o amigos que los ayudaban a superar la experiencia solían volver a una vida normal (los demás lo hacían con más dificultades, o se convertían en drogainómanos).

P.D. Yo no soy porreta, pero sí considero (ya desde antes de ver este vídeo) que la legalización y el control de las drogas sería una mejor solución que la actual situación.


miércoles, 16 de enero de 2019

Los detalles irrelevantes.


Hace ya muchos meses, cuando estaba a la mitad de la que será mi primera novela, alguien se propuso hacer de crítico. No lo consiguió, claro, pero sí que se leyó el prólogo y lo analizó en cierta profundidad dándome unos cuantos consejos útiles... y otros que no los consideré tanto; no lo digo a malas, veréis, es lo más normal del mundo no estar al 100% de acuerdo con alguien, pero el caso es que uno de esos consejos desechados me llamó particularmente la atención. Básicamente, me dijo que si todos los pequeñitos detallitos y nombres que aparecían en las descripciones del susodicho prólogo acabarían siendo relevantes en algún momento de la novela. Yo le contesté que así así, que muchos de ellos sí, pero que otros muchos probablemente estaban ahí solo para enriquecer. En aquel momento, mi "crítico" me dijo que me recomendaba eliminar los irrelevantes de un plumazo, porque lo irrelevante acaba convirtiéndose en una carga inútil a la hora de una trama mínimamente enrevesada... y ahí es a donde voy.

En el arte, al igual que en casi cualquier clase de disciplina no artística, ¿son importantes los "detalles irrelevantes"? Se podrían dar casi tantas respuestas a esa pregunta como cabezas pensantes hay por ahí, pero yo tengo muy clara la mía: un sí como un camión de gordo. Igual en una escuela de negocios o en una facultad de publicidad y marketing te sacan algún estudio en el que te dicen que es cierto lo que decía mi "crítico", y que los detalles irrelevantes acaban siendo un simple lastre que no aporta beneficios a largo plazo, pero me sorprendería. Imaginad que estáis jugando a un videojuego de los de hace 15 años (joder, qué viejo estoy...), un típico RPG de historia larga al más puro estilo Final Fantasy (no hablo de uno de ellos necesariamente, ojo) en el que hay una trama interesante, unos personajes muy bien desarrollados, montones de monstruos y un millar de armas, magias, etc., pero resulta que ha sido desarrollado de una manera muy pragmática, muy optimizado para todo, y escasea en detalles y tonterías que "distraigan" de la trama principal. El juego tiene para echarle 30 horas... y ahí se acaba. Te ha gustado; te ha molado; te ha entusiasmado... y sin embargo, te ha dejado con ganas de más. Al cabo de unos años resulta que te da por curiosear aquellos juegos que dejaste atrás, o que te cogieron muy chico como para poder jugarlos, de modo que te pillas el emulador de la Snes y descubres una joyita de tiempos ancestrales. Tu nuevo juego no mola tanto a nivel técnico, claro, pues por lo pronto no es ni 3D. El sistema de juego es tosco, los diálogos están mal traducidos (si es que tienes una versión traducida), y el protagonista resulta que ni siquiera habla (vamos, que es literalmente mudo). En cada esquinita del mapeado te encuentras una pequeña tontería, como un pájaro con el que si interaccionas te grita en la cara, un crío que se ríe de ti, una caseta en un carnaval en la que hay unos tíos disfrazados de trogloditas, bailando, y con los que puedes bailar si hablas con ellos. A mitad del juego, en una pantalla totalmente al azar, y mientras te peleas con unos bandidos, resulta que aparece uno desde un lugar al que no puedes llegar, te tira una piedra desde lejos, se ríe en tu cara y sale corriendo (nunca jamás vuelves a verlo). Y así... podría tirarme como una hora escribiendo, pero ni tengo ganas ni me acuerdo de la ingente cantidad de detallitos que había. ¿Alguno de vosotros me sigue? Pues sí, estoy hablando de nada más y nada menos que de Chrono Trigger, una de las grandes joyas del RPG de la época. ¿Lo más gracioso? Ni la trama, ni la duración, ni el sistema de Chrono Trigger eran realmente memorables... molones, sí, y muy innovadores con el tema de los saltos en el tiempo, pero es uno de estos juegos que, si no fuera por todos esos detallitos que le dan tantísimo carisma a todo el ruedo que tiene, se diría que ha envejecido muy mal.

Habiendo dejado más o menos clara la idea, tan solo añadiré un detalle: pensad en los memes, en el día a día, en los detalles frikis que encontráis en los videojuegos y las pelis (los "easter eggs", vaya), en lo diferente que es una línea de chat con un emoticono o sin él... Igual soy un romántico (ok no), pero yo creo que los detallitos irrelevantes tienen su importancia, oiga.

domingo, 13 de enero de 2019

Las aventuras de JC: final.



Desde que empecé esta serie, a cada capítulo que escribía se me ocurrían otros dos, porque verdaderamente la convivencia con JC dio lugar a unas personajadas increíbles. Sin embargo, dado que no todas ellas resultaron igual de impactantes/graciosas y que me quedan ya muy pocas en el tintero (concretamente, esta, y otras dos que no fueron la gran cosa), creo que es un momento tan bueno como cualquier otro para poner punto y final a aquellas anécdotas. No obstante, pienso hacerlo dando un puñetazo en la mesa con la que considero la más loca de todas (literal, y figuradamente) y en la que, curiosamente, no estuve presente. Por la naturaleza de la anécdota, no me será posible poner ninguna línea de diálogo.

Según me contó el Friki, coprotagonista de la escena, estaba él metido en su cuarto, con la puerta cerrada y viendo un capítulo de una serie en su portátil, con los cascos puestos y sin emitir ninguna clase de ruido. En estas que llegó nuestro JC al piso y saludó con un "muy buenas, ¿hay alguien?" gritado al aire, pero como nos pasa a muchos en alguna que otra ocasión, el Friki no tuvo ganas de saludar y se hizo el ausente. Así pues... JC se creyó solo en el piso.

Pasaron unos cuantos minutos, y nuestro aspirante a físico favorito recibió una llamada. El Friki asegura que al principio no estaba prestando atención (normal, recuerdo lo de los cascos puestos), pero a medida que pasaron más y más minutos de una larga llamada, el aire se fue caldeando, y JC empezó a alterarse e incluso a gritar. El infiltrado de la escena dedujo que hablaba con su madre, pues así era como la llamaba, además de que parecía que hablaban de algún tema que le estaba tocando la fibra al chavalote. El estrés se fue tornando en ira, y los gritos en auténticos berridos de bestia acorralada. El caso es... que lo siguiente que escuchó Friki Snake fue un "¡NI SE TE OCURRA COLGARME! ¡¿EH?! ¡NI SE TE OCURRA COLGARME!", seguido de un "¡QUE ME HA COLGADO! ¡QUE ME HA COLGADO! ¡TENGO QUE MATAR A ESTA HIJA DE PUTA... TENGO QUE MATARLA... TENGO QUE MATARLA!". La guinda que puso el pastel fue que, en palabras suyas, el Friki se puso muy rígido y se abrazó al "cuchillo pana'ero" que casi siempre tenía en su mesa, no porque fuera un sicópata, sino porque era demasiado perro para llevarlo a la cocina después de prepararse el desayuno.

Como dije al principio, solo cuento con el testimonio de mi amigo para creer esta loca anécdota, pero sabiendo lo que vi durante aquel año, y sabiendo lo distinta que puede llegar a ser la gente desde la intimidad hasta que se pone en juego el teatro social, sinceramente, soy más que capaz de creérmelo. Pocos días después, JC nos dijo que se iba a ir de la residencia en la que vivíamos. Es decir... su padre seguiría pagándola por si alguna vez lo necesitaba, pero según él, le estresaba vivir allí. Sí... le estresaba vivir en una residencia de estudiantes que estaba en mitad del campo, sin ninguna clase de ruido, y prefería pegarse una hora de ida y otra de vuelta diariamente en coche desde su pueblo hasta la facultad. En fin... ese era nuestro JC, esas eran sus costumbres, y había que respetarlas.

lunes, 7 de enero de 2019

Las aventuras de JC: el libro incomprendido.


Era una tarde corriente, y recuerdo que nos encontrábamos en el salón en plena reunión social de frikis, pues éramos unos pocos echando risas y tal, ¿partida de rol, tal vez? No sé, la verdad es que no recuerdo con precisión los detalles, pero sí que recuerdo que estábamos como cuatro o cinco personas apelmazadas entre los distintos asientos de la estancia. No pasó mucho hasta que algo, o alguien, logró superar el obstáculo que era la puerta de la vivienda, y reveló su identidad con una inusitada falta de sigilo... o eso diría, si se hubiera tratado de una misión de infiltración.

-¡Chicos, ch-chicos! ¡Mirad lo que he traído! -saludó JC, con los ojos haciéndole chiribitas.

El gran muchachote se adentró en el que era también su piso, mostrando la portada de un libro más gordo que un gorrino en una mañana de matanza. No recuerdo el título, pero os podéis hacer una idea si seguís esta serie. Con cortesía, uno de los presentes se aclaró la garganta.

-¿Qué libro es ese, JC? -le preguntó.

-¡Uno muy bueno! Nos lo ha recomendado uno de los profes, está pensado para mejorar la agilidad mental de los alumnos a la hora de los cálculos, y p-para hacernos pensar -respondió.

-Ah... bueno, qué bien. Debe ser muy interesante, ¿no? -El tono de educado compromiso se notaba a la legua, pero no para JC.

-¡Claro! Mira, mira, que te lo enseño, ¡ni el plástico le he quitado!

Cargado de emoción, JC se dedicó a sacarle el envoltorio a aquel titánico centro de calculatoria sabiduría, con extremo cuidado, pero sin perder el tiempo.

-Mira, mira, voy al índice: c-capítulo 5, problemas de rozamiento; capítulo 22, dinámica de fluidos...

El Friki, que también se encontraba por allí, me lanzó una de las ya acostumbradas miradas de perplejidad, pero se mantuvo en silencio así como lo hice yo. No obstante, no éramos los únicos allí.

-Pero a ver -añadió otro de los presentes-. ¿Qué es eso, un libro entero de problemas de física? -JC asintió extasiado.

-¡Claro! ¿No te parece genial?

-Hombre, genial, genial... no es la palabra que yo habría elegido... -anotó nuestro anónimo colega-. ¿Cuántas páginas tiene ese ladrillo?

-N-no sé... ¡muchas! -JC pasó el dedo por el borde del libro y pasó todas las páginas de golpe como si fuera un listín de teléfonos. Desde luego, debía tener más de 400 o 500 páginas... muchas, muchas más-. V-verás, mira, atiende: "un cuerpo se desliza sobre una superficie..."

-Ufff no te molestes, ya tuve bastante con la física de primero -lo interrumpió, a lo que JC se mostró un tanto confuso.

-... Naah... si no es molestia. Verás, verás: "un cuerpo se..."

-Que no, JC, que me alegro de que te encante la física, pero para mí es un coñazo. -De nuevo, la misma mirada perdida, como si de un crío al que le acabaran de explicar lo de la semillita de papá se tratase. No obstante... sonrió.

-Je, je... qué gracioso eres. -Sus dedos volvieron a descansar sobre la misma página-. "Un cuer..."

-¡Que no, coño! ¡Que no seas paliza!

La exclamación fue tajante, y la respuesta, instantánea. Reconozco que me sentí un poco mal viéndole la cara al chaval, como ya me había pasado en más de una ocasión... uno ya empezaba a acostumbrarse. Aquel gran futuro físico se dio la vuelta, y se metió para su cuarto sin piar más.

viernes, 4 de enero de 2019

¡Ese tío es el puto amo!


Me vino el otro día a la cabeza una reflexión un tanto al azar, y quería desarrollarla un poco. Hay determinadas figuras a lo largo de la historia, e incluso en la ficción, que tienen una fama un tanto... controvertida. ¿Sabéis de ese típico político que le cae bien a la mitad de la población, y mal a la otra mitad? ¿Y ese dictador que hizo cosas horribles, pero que (presuntamente) lo hizo por el bien de su país, o por el de algún grupo étnico? ¿O tal vez ese tipo que (dicen) salió de la extrema pobreza para convertirse en el hombre más rico del mundo? O poniéndonos en cosas que tocan fibras menos sensibles, ¿qué tal ese ex-superhéroe que causó varios genocidios en un montón de grandes ciudades para unificar las buenas voluntades de los supervivientes en un objetivo común? Creo que con esas frases ya hay bastante gasolina para que entendáis por dónde voy.

Llevémoslo a un campo más terrenal. Imaginad a una chavala que, como uno de los de arriba, se cría en un barrio pobre, entre drogas, amenazas de violación, y una familia conflictiva. Resulta que, lejos de dejarse llevar por todo eso decide sacar pecho, comete un par de "travesuras" para sacar dinero (me da igual si es vender droga, su cuerpo, o hacer cualquier otra cosa mientras sea socialmente cuestionable), y consigue irse a un país desarrollado y montar un pequeño negocio, que con los años resulta ser exitoso (no hace falta que sea una petrolera, pero supongamos que acaba siendo una gran empresa). En el camino, por supuesto, dicha chavala ha dejado atrás a su familia (quizás la olvidó por completo, o quizás les manda crismas navideños y poco más), ha cometido algunos delitos, y quizás alguno que otro más, nada extremadamente serio, pero lo suficiente como para señalarla por la calle si se llegara a hacer público. Imaginaos que la susodicha consigue vivir toda su vida y morir de vieja entre lujos, pero decide publicar sus memorias de forma póstuma tirando de la manta, y dando a conocer todo lo que ha sido su vida sin pelos en los dedos. El libro acaba siendo un éxito, le hacen hasta una puñetera serie en el Nesflis y todo y, por supuesto, en un par de décadas se convierte en toda una celebridad. Y aquí llega el punto clave: ¿qué dirá el pueblo llano sobre ella? ¿que fue una egoísta por dejar a su familia atrás? ¿una buscona que vendió su cuerpo con tal de no conformarse? ¿una sinvergüenza, por haber explotado a más de un trabajador de su empresa por medio de algún que otro encargado sin escrúpulos? ¿...O tal vez la recordarán como una puta ama, y como alguien que dijo "yo no me conformo", y que consiguió salir de la pobreza y alcanzar una vida de lujos sin ayuda de nadie? No sé para vosotros, pero esta es una pregunta que se me torna del todo interesante.

Dicen que en la vida quien no arriesga no gana, y aunque no es del todo verdad, sí que es cierto que para ganar a lo grande lo habitual es que haya que saber renunciar a determinadas cosas. A veces serán oportunidades laborales, a veces será la zona de confort, y a veces serán lazos familiares (o amistades) que te tacharán de todo menos de bonito. Aquel que lo arriesgue todo y no consiga nada, lo mejor a lo que podrá aspirar es a que digan de él un "bueno, al menos lo intentó", pero ¿qué pasa con aquellos que consigan abrirse paso? ¿Cómo se mide el nivel de éxito de una persona, y el cómo lo recordarán? ¿Cuál es el punto en el que la cantidad de cosas sacrificadas y "sinvergonzonerías" empieza a quedarse corto para acallar grandes logros? ¿Cuál es la unidad internacional de "putoamismo", y cuándo se convierte un sinvergüenza abandona-familias en un "puto amo", si sus sacrificios lo llevan al éxito? ¿Cuánto hay de verdad en el desternillante meme de "Griffith did nothing wrong"?

Por desgracia, un servidor no se ve capaz de responder a esas preguntas con precisión, pero sí que añadiría un trocito de opinión. A mi parecer, todas estas preguntas (salvo excepciones) pueden responderse según el grado de hipocresía y egoísmo que estés dispuesto a aplicar. ¿Tu hijo te dejó tirado porque lo maltratabas, y resulta que salió con la cabeza bien alta al cabo de veinte años? Si eres un bestia y un egoísta, seguramente no pensarás nada bonito de él (a pesar de que deberías). ¿Empezaste a pensar bien de él cuando comenzó a amasar dinero? Entonces has dejado de ser un egoísta, felicidades, ahora solo eres un hipócrita (o tal vez se te han marchitado las hormonas con la edad y has visto la luz de alguna extraña manera). Sabemos de gente a la que se le ha dado nada menos que el premio Nobel de la Paz habiendo apoyado años de guerra, ¿son esos unos sinvergüenzas con muy buen marketing, o son unos putos amos? Es complicado... MUY complicado. Volviendo atrás, Griffith tenía una meta muy noble al matar y saquear como un rey mercenario para escalar puestos y ayudar a los suyos, pero el último "sacrificio" que hizo... xD, dejémoslo en que se le fue de las manos (aunque no para él, desde luego), ahorramos en spoilers. Al final, dicen, la historia la escriben los vencedores...

jueves, 3 de enero de 2019

¡Desenvaina tu gramática!


Fede: Muy buenas, venía a canjear este billete de lotería.
Chica castellana de la ventanilla: Muy bien [se toma su tiempo para acercarse]. ¿Por cuál?
Fede: ¿Por cuál... qué?
CCDLV: Que por qué billete. Canjear es cambiarlo por otro.
Fede: [Permanece en silencio].
CCDLV: ¿Quieres que te le pague?
Fede: ...Sí, por favor. [Fede coge sus billetes, y abandona la escena].

P.D. Ayyyy, qué triste que estoy comiéndome un roscón de reyes sin nadie con quien competir por la figura :'( .