1) Cada vez que vayas a hacer una compra, hazte una consulta rápida: ¿lo necesito de verdad? Dicho de otra manera, ¿puedes vivir sin ello y/o prescindir de ello supondrá una gran incomodidad en tu vida? Si lo necesitas, adelante, tampoco hay que vivir siendo un rata. Si no lo necesitas... bueno, pues ya dependerá de ti lo que acabas haciendo, pero si te acostumbras a hacerte esta sencilla consulta preventiva, te ahorrarás muchos gastos tontos. En última instancia... puedes hacer como el señor Terry Crews.
2) Esta igual se le atraganta a alguno, pero como estos consejos son puramente prácticos y en muchos casos bastante relativos, no me la voy a callar. Imagínate que estás intentando ahorrar por cualquier motivo, pero no lo consigues. Hacer balance, y descubres que se te va muchísimo dinero en "ratos sociales", como puede ser mantener viva una amistad o incluso una relación amorosa. No en vano, he visto muchas veces una frase de mentalidad emprendedora que dice "quédate con quien te ayude a montar un emporio, no con quien te pida joyas". Obviamente hay muchas medias tintas entre esos dos casos pero... bueno, creo que la idea se entiende. A veces, algunas personas aportan más lastre que cosas positivas a nuestras vidas, y es mejor dejarlas ir.
3) Adáptate a lo que te rodee. ¿Quieres ir a ver un museo y te has enterado de que los miércoles es gratis visitarlo? Pues no vayas un sábado para aprovechar un día libre. ¿Hay una oferta de un producto que no sueles comprar en el supermercado? A lo mejor te puede valer la pena probarlo, incluso si acaba no gustándote y no lo vuelves a comprar. ¿Hay día del espectador en tu cine favorito? Pues... ya sabes.
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